Guatemala, 10 jul (ACAN-EFE).- La ola de violencia que azota Guatemala se incrementa de forma desproporcionada, sin que las acciones de las autoridades para controlarla den los frutos esperados.
En las últimas horas al menos seis personas han sido asesinadas de forma violenta, entre ellas dos mujeres menores de edad; la mayoría de las víctimas, según las autoridades, pertenecían a las temidas pandillas juveniles o "maras", y habrían sido asesinadas por supuestos compañeros suyos.
En la comunidad de Canalitos, un suburbio residencial pobre, ubicado en el norte de la capital, fueron ultimados con una escopeta artesanal un hombre de 25 años, alías "El Pincky", y una adolescente de 15 años, identificada como Norma Cifuentes.
Las víctimas, según un portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC), eran ex integrantes de la "Mara Salvatrucha", y fueron ajusticiados en la mañana del viernes, por supuestos ex compañeros de esa pandilla.
Por otra parte, en el interior de un hotel de paso ubicado en el norte de la capital, fue localizado el cadáver de una mujer de unos 17 años de edad, identificada como "La Flaca".
"La mujer fue degollada, y en la cabecera de la cama donde fue encontrado su cadáver había un letrero que decía: 'Ja, ja, ja. Lo sabías, no pueden con nosotros, puta'", explicó a periodistas un portavoz de los Bomberos Municipales.
Según reportes de la prensa local, la víctima, cuya identidad no había sido determinada por las autoridades, se hospedó en el hotel junto a otras seis personas, las que abandonaron el lugar antes de que fuera hallado el cadáver.
En otro caso, un hombre de 27 años, identificado como Carlos Chacón, fue asesinado a tiros en el interior de un autobús del servicio colectivo de transporte, en la colonia Bethania, al este de la capital.
Mientras que Sergio Rodríguez, de 21 años de edad, fue asesinado a tiros por dos supuestos integrantes de una "mara", en un sector residencial del noreste de la capital guatemalteca.
En tanto que en una carretera desolada de la comunidad de San Pedro Sacatepéquez, al oeste de la capital, fue hallado el cadáver de un hombre no identificado, en el interior de una bolsa de plástico.
Según estadísticas de la Procuraduría de los Derechos Humanos, durante el primer semestre de 2004, fueron asesinadas de forma violenta unas 1.662 personas, de las cuales 250 han sido mujeres.
Para detener la ola de violencia que agobia a la sociedad guatemalteca, el gobierno ha triplicado la cantidad de soldados y policías que realizan patrullas conjuntas en los sectores identificados como "zonas rojas", sin embargo, estas acciones no han provocado que mermen los crímenes.
El viernes, el presidente guatemalteco, Oscar Berger, inauguró el Programa Nacional para el Desarme, el cual pretende motivar a los guatemaltecos que posean armas de fuego en su poder a que las entreguen a cambio de bicicletas y máquinas de coser.
En tanto que el Procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, ha convocado a los diferentes sectores sociales a conformar un Frente Nacional contra la Violencia, para apoyar a las autoridades en el combate a los delincuentes.
El ministro guatemalteco de Gobernación, Arturo Soto, ha asegurado que la mayoría de los crímenes registrados en el país han sido provocados por las temidas "maras".
Para combatir a estos grupos, Soto anunció días atrás que impulsará en el Congreso la aprobación de una ley que sancione de forma drástica a los jóvenes que se integren a esos grupos.
Berger reconoció el pasado martes que la inseguridad es el problema que más afecta a los guatemaltecos. ACAN-EFE
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