ISLA DEL TERROR, esto es la extraña isla fantasmal a donde un equipo muy conocido de cazadores de espectros irá a descubrir misterios, por lo que tendremos una nueva aventura donde la acción, el humor y también lo desconocido se juntan para divertir al público, ahora en cine con la película Scooby-Doo (2002), dirigida por Raja Gosnell.
Ya ustedes conocen a ese equipo. Ahí están Fred, Daphne, Shaggy, Velma y el perro Scooby-Doo. Ellos son los héroes de la serie de televisión creada en 1969 con los dibujos animados de William Hanna y de Joseph Barbera (esta serie se estrenó en los Estados Unidos en 1972). Durante este primer año se lanzaron al aire 24 episodios con las gracias y desgracias del perro más miedoso jamás conocido.
Tal fue el éxito de las aventuras de Scooby-Doo y sus amigos, que -pronto- ellos gozaron de algunos telefilmes entre 1987 y el 2001. Ahora le toca a la pantalla grande, quien retoma las peripecias de tan particular pandilla, pero lo hace con actores de carne y hueso y con un perro gran danés creado a pura computadora. Estos son los histriones: Freddie Prinze Jr. (Fred), Sarah Michelle Gellar (Daphne), Linda Cardenelli (Velma), Matthew Lillard (Shaggy) y Scooby-Doo con su presencia digital.
Lo cierto es que -en la película- nuestro grupo de cazafantasmas no pasa sus mejores momentos, y se ha tenido que desmembrar luego de resolver el caso del fantasma lunar, porque ya no se aguantan ni entre ellos, tal el choque de personalidades, donde solo Scooby-Doo mantiene su jovialidad canina reforzada con movimientos de rabo.
Sin embargo, algo sucede en una isla fantasmal, donde el terror aparece con la presencia del llamado diamante del demonio, por lo que el extraño profesor Mondavarious (el actor Rowan Atkinson) invita a nuestros héroes a visitar la isla y a desenredar acertijos sobrenaturales (¿de verdad serán asuntos fantasmales?).
Muy a su pesar inicial, Scooby-Doo y sus amigos deben superar sus tontas diferencias personales para tratar de encontrar la verdad, donde la realidad no es siempre lo que parece y donde algunos resultan poseídos por ignotas fuerzas. Como siempre, será Scooby-Doo quien sorteará peligros y salvará la tanda, casi de manera involuntaria (sin querer, queriendo).
Para eso, habrá muchas acciones intensas, fantasmas, monstruos, genios del mal y cualquier asunto que sirva para entretener (incluyendo un duelo de pedos y de eructos entre Scooby-Doo y Shaggy). Esto ha hecho que el filme haya sido un éxito de cartelera (tanto que ya se prepara una secuela), independientemente de los análisis de calidad de la crítica, donde el filme no pasa de ser una suma de disparates. En todo caso, aquí está, y hay que disfrutarla sin ojos de adulto crítico.