Tokio, 2 ago (EFE).- El Ministerio de Salud japonés reveló hoy que una mujer murió el año pasado como consecuencia de una hepatitis B que contrajo al recibir una transfusión de sangre contaminada.
La noticia llega tan sólo unos días después de que la Cruz Roja japonesa informara de la posibilidad de que 6.419 unidades de sangre para transfusiones distribuidas entre junio de 2002 y julio de 2003 pudieran estar infectadas con el virus del sida, la hepatitis B y C y la sífilis.
Según el Ministerio, la mujer, de unos 70 años, recibió varias transfusiones de sangre durante una operación en enero de 2002.
Antes de que la mujer presentara síntomas de la enfermedad, uno de los donantes avisó a la Cruz Roja de que había contraído la hepatitis B, por lo que se efectuaron nuevas pruebas sobre las muestras de sangre donadas.
Sin embargo, las pruebas no detectaron ningún virus, por lo que el estudio se dio por concluido y no se avisó a la mujer de la posibilidad de que estuviera infectada.
Tras la muerte de la paciente, la Cruz Roja repitió las pruebas sobre la sangre y halló el virus de la hepatitis B.
El Ministerio explicó que existen casos en los que la cantidad de virus es tan pequeña que no pueden ser detectados en la sangre inmediatamente después de la infección.
En el caso de la hepatitis B, el periodo en el que el virus puede pasar inadvertido es de unos 34 días.
La noticia llega en medio del escándalo provocado por un estudio de la Cruz Roja en el que se advirtió del riesgo que existe de que miles de pacientes hayan podido recibir, entre junio de 2002 y julio de 2003, sangre contaminada con el VIH y con los virus de la hepatitis y la sífilis.
Según una estimación aproximada, unas 444 unidades de las 6.419 elaboradas a partir de la sangre donada durante ese periodo podrían estar infectadas con el virus del sida.
La duda surgió cuando varios donantes habituales dieron positivo a estas enfermedades en su última donación pese a haber dado negativo en las anteriores ocasiones, cuando la sangre donada fue utilizada para transfusiones.
La posibilidad de que los virus no hayan sido detectados en las anteriores donaciones por encontrarse en el llamado "periodo ventana", inmediatamente posterior a la infección, podría suponer que miles de pacientes hayan contraído estas enfermedades mediante transfusiones.
A principios de semana, el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar aseguró que el riesgo de infección a través de esa sangre es bajo, pero por el momento ha avisado a los centros y organismos médicos para que se pongan en contacto con los pacientes susceptibles de haber recibido sangre durante dicho periodo de tiempo y se verifique el estado de su salud.
El ministerio recomendó a la Cruz Roja que a partir de ahora adopte tratamientos de "inactivación viral", como hacen los países de la Unión Europea y Estados Unidos, para evitar que se distribuya sangre contaminada.
Al parecer, la Cruz Roja aplica habitualmente estas medidas para las "fracciones de sangre" que elabora, pero no en el caso de la sangre para transfusiones.
El organismo se limitó, en su página web, a disculparse "por las molestias y preocupaciones causadas a los pacientes".
En la década de los ochenta, el Gobierno japonés vivió uno de sus peores escándalos cuando cerca de 1.800 personas en todo Japón, en su mayoría hemofílicas, contrajeron el virus del Sida tras haber sido tratadas con productos elaborados con sangre contaminada. EFE
to/ig/pq