EscucharWashington, 23 mar (EFE).- El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, dijo hoy que si las fuerzas que han invadido Irak mataran a Sadam Husein se daría un buen paso hacia el cambio de régimen, aunque oficialmente EEUU se opone al asesinato de gobernantes extranjeros.
El miércoles pasado, EEUU lanzó misiles Tomahawk y bombas guiadas contra una residencia en el sur de Bagdad donde, según la CIA, se encontraban Sadam y algunos familiares, así como funcionarios del Gobierno iraquí.
Hasta hoy no se ha confirmado si el presidente iraquí sobrevivió al ataque.
En unas declaraciones a la cadena de televisión CBS, Rumsfeld fue preguntado sobre si la muerte de Sadam sería una buena forma de poner en marcha la campaña para cambiar de régimen en Irak.
El secretario estadounidense de Defensa respondió que "es cierto, lo sería, aunque hay muchas otras personas implicadas en su régimen que son tan represoras como él".
EEUU y el Reino Unido han mencionado diferentes objetivos para la invasión de Irak, desde la eliminación a las armas de destrucción masiva iraquíes hasta un "cambio de régimen" en Bagdad.
En materia de asesinato -el intento deliberado de matar a un gobernante extranjero habiendo o no un conflicto armado- Estados Unidos todavía tiene vigente el decreto 12333 promulgado por el presidente Gerald Ford en 1976. O al menos eso es lo que se cree públicamente.
El decreto, promulgado tras numerosos escándalos por los intentos de la CIA de asesinar al cubano Fidel Castro, al congoleño Patrice Lumumb y al dominicano Rafael Trujillo, entre otros, estipuló que "ninguna persona empleada por el Gobierno de Estados Unidos, o que actúe en su nombre, participará o conspirará en asesinatos".
El presidente Bill Clinton aprobó en 1998 el lanzamiento de misiles sobre campos de Al Qaida en Afganistán en base a informaciones de que el líder de ese grupo terrorista, el saudí OSama bin Laden, estaba allí y podía ser asesinado.
Pero oficialmente EEUU mantuvo la veda de asesinatos porque, según Laura Donahue, profesora de relaciones internacionales en la universidad de Stanford, "protege a los propios gobernantes: si tu no vas a asesinar mis dirigentes yo no trataré de matar a los tuyos".
El año pasado, varias informaciones de prensa no confirmadas oficialmente indicaron que el presidente estadounidense, George W. Bush, había promulgado un decreto secreto que cancelaba el de Ford.
Desde entonces, la CIA ha intentado o consumado el asesinato de presuntos cabecillas terroristas con misiles Hellfire disparados desde aviones sin piloto Predator en Afganistán y Yemen.
Hace dos meses, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que a Washington no le desagradaría si "una bala" acabara con Sadam, ya que sería más barato y menos penoso que una guerra para derrocarlo.
Esta semana Fleischer explicó que "en la medida que Sadam es, además de jefe de Estado, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas iraquíes, es un blanco válido".
La semana pasada, numerosos artículos de la prensa de Estados Unidos señalaron que la unidad Delta -la élite de las fuerzas especiales del Ejército norteamericano- tenía específicamente la misión de ubicar y dar muerte a Sadam. EFE
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