Por Javier Nieto-Remolina
San Sebastián (España), 21 sep (EFE).- El cineasta mozambiqueño Ruy Guerra, uno de los realizadores lusófonos más conocidos, expresó hoy con rotundidad su idea de que el cine y las demás manifestaciones culturales de Latinoamérica deberían esforzarse por trabajar "con estructuras y materias dramáticas propias".
Guerra presentó hoy en el 53 Festival de Cine de San Sebastián su película "O veneno da madrugada", basada en la novela "La mala hora", del novelista colombiano Gabriel García Márquez.
La de Guerra es una de las 19 películas procedentes de once países que compiten este año en la Sección Oficial del certamen.
En una conversación con EFE, el director, nacido en Mozambique pero residente en Brasil desde hace 40 años, explicó que llevar al cine "La mala hora" tuvo cierta dificultad técnica por la necesidad de realizar 'planos-secuencia', en los que la escena entera está hecha en una única toma.
En la versión cinematográfica de "La mala hora" -en la que Guerra no se ha ceñido a la novela de García Márquez- una serie de personajes de un pueblo envuelto en lluvia y fango se declaran la guerra, alentados por conflictos antiguos y en medio de un ambiente en el que se suceden unos mensajes anónimos con verdades y mentiras.
Guerra explicó que se valió de un rodaje "desestructurado", con historias que vuelven a comenzar y transcurren de otro modo, porque -dijo- "necesitaba conseguir así unidad en el tiempo y en el espacio".
El cineasta señaló que Gabriel García Márquez, después de ver el trabajo terminado, le llamó para decirle "has destrozado mi libro pero has conseguido hacer una película magnífica".
Por otra parte, Ruy Guerra defendió su idea de que, a pesar de los elementos "universales" de la dramaturgia, los exponentes de la cultura latinoamericana, entre ellos los cineastas, deberían "eludir el sometimiento a reglas externas que les hagan entrar en conflicto con sus culturas locales".
En la realización de una película, dijo Ruy Guerra, "es necesario buscar los valores culturales de la historia que estás contando, los sentimientos, hasta encontrarles una estructura particular".
El realizador reiteró su rechazo al cine hecho "sólo para exportar" y añadió que no le interesa hacer "películas que tengan distorsiones culturales" con la única esperanza de una buena comercialización.
"Mi ambición -dijo- es hacer las mejores películas brasileñas en Brasil; no me interesa hacer en Brasil un filme bellísimo español o estadounidense".
El cineasta añadió que no se considera un "marciano" por defender su "principio" de que los seres humanos "tenemos unas culturas con muchos puntos de contacto con los que nos podemos encontrar, respetando las profundas diferencias y las formas de expresión tradicionales de cada cultura".
"La música brasileña conquistó el mundo siendo cada vez más brasileña", aseguró Ruy Guerra, que no dejó de remarcar que "así debería ser el cine de cada país".
Por otra parte, y coincidiendo con lo que han expresado otros directores, Guerra afirmó que el de San Sebastián es "la última esperanza" de los grandes festivales de cine "porque los otros están completamente dominados por el 'show-bussines' mientras que este mantiene la resistencia cultural para ofrecer películas que no encajan en el patrón comercial".
"O veneno da madrugada", una coproducción de Argentina, Brasil y Portugal, es la cuarta obra de García Márquez que Guerra lleva al cine después de "Eréndida", "Fábula de la Bella Palomera" y "Me alquilo para soñar". EFE
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