Moscú, 21 jun (EFE).- Rusia efectuó hoy el lanzamiento desde un submarino nuclear sumergido del "velero espacial" Cosmos-1, que es impulsado por viento solar y se perfila como prototipo de las naves que se utilizarán en los vuelos interplanetarios del futuro.
Instalado en la cabeza del cohete portador Volná (Onda, versión modificada del misil intercontinental RSM-50, o Satanás según la clasificación de la OTAN), el Cosmos-1 fue lanzado por el submarino estratégico nuclear "Borisoglebsk" desde el mar de Barents.
El centro de mando de la agencia espacial rusa Roscosmos y del ministerio de Defensa de Rusia informó de que el submarino lanzó el cohete a la hora prevista, a las 23:46 hora de Moscú (19:46 GMT), en estado sumergido.
Seis minutos más tarde, el Cosmos-1 se separó del cohete, que lo había colocado en una órbita elíptica alrededor de la Tierra con una altura de unos 840 kilómetros.
"Todos los sistemas funcionaron con normalidad y el aparato se desprendió exitosamente del cohete portador", dijo un portavoz del centro de mando a la agencia Interfax.
Tras alcanzar la órbita prevista y desprenderse del Volná, el Cosmos-1, con una masa equivalente a 100 kilogramos, dentro de cinco días desplegará sus velas para captar el viento solar y en este estado proseguirá su vuelo en torno a la Tierra.
Diseñado por el Centro Científico Espacial Lavochkin de Moscú, el Cosmos-1 es un proyecto financiado por varias organizaciones no gubernamentales y la Sociedad Planetaria de Estados Unidos, cuyos centros espaciales seguirán el vuelo del aparato junto a los rusos.
El velamen del Cosmos-1 consta de 8 velas triangulares dispuestas como las aspas de un ventilador y que unidas forman un círculo de 30 metros de diámetro, con una superficie de 600 metros cuadrados.
El funcionamiento del velamen espacial y otros resultados del experimento quedarán registrados automáticamente por los instrumentos que lleva a bordo el Cosmos-1.
Según expertos del Centro Lavochkin, este vuelo del Cosmos-1 supone otro paso en el uso del viento solar como fuente de energía para impulsar naves espaciales en vuelos por las galaxias.
El Cosmos-1 utilizará la energía del Sol de la mima forma que los veleros en la Tierra utilizan la fuerza del viento.
A diferencia de los vientos que soplan en la Tierra, el solar es constante y lo forma el fluido de partículas que emanan del núcleo de nuestro sistema planetario.
Concretamente, lo que empuja a las velas son los fotones de la radiación solar, que al chocar con ellas les transmiten parte de su energía.
La idea original de utilizar la radiación solar para navegar por el espacio se remonta a los años 20 del siglo XX, y Rusia, Estados Unidos, varios países de Europa y Japón trabajan para llevarla a la práctica.
En julio de 2001, el mismo submarino nuclear, el "Borisoglebsk", lanzó un cohete Volná con otra nave Cosmos-1 que, si bien alcanzó la altura prevista, no pudo desplegar todo su velamen. EFE
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