Una afición innata a la escritura fue la responsable de que Ignacio Santos dejara la abogacía y se convirtiera en comunicador. Y, hasta el momento, no se ha arrepentido de su decisión. "Como periodista es que me siento más útil", afirma.
Vestido con jeans azul y camisa roja Lacoste, lo encontramos en medio del trajín diario de la sala de redacción de NC4, donde ocupa desde 1989 la dirección.
Simpático, cortés y sencillo al hablar, este hombre de 34 años se ha convertido en una de las caras más populares del periodismo televisivo de este país; el premio nacional Pío Víquez, que recientemente le otorgó el Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, lo reconfirma.
Aprender de los errores
Para Santos es muy difícil determinar qué lo hizo acreedor al premio nacional. "Solo trato de hacer bien mi trabajo, aprender de los errores, no tomarme muy a pecho los aciertos cuando llegan y, al final del día, aprender de las cosas que han pasado. Soy un rumiador de experiencias."
Con base en este aprendizaje constante, Ignacio rescata su paso por otros medios -de prensa y televisión-, además de que siente gran afinidad por temas de interés utilitario.
"Para mí, el periodismo es un oficio y un compromiso. Un compromiso porque uno no puede olvidar que buena parte del trabajo que haces se debe a la confianza que el televidente ha puesto en ti y en tu trabajo. Y un oficio porque es un estilo de vida que te marca a ti y a las personas que te rodean ya que te obliga a estar pendiente de todo lo que sucede las 24 horas del día."
Y ¿cómo influirá este premio en su trabajo diario? "Llega en un momento muy especial, que comenzó en diciembre de 1989 con el inicio de NC4. Viene a decirnos a todos en general que, en esta primera etapa, dimos nuestro mejor esfuerzo y permite también reafirmar los compromisos que tenemos en NC4 con los costarricenses."
Entre dos pasiones
Ha tenido experiencia como periodista en televisión y en prensa. Considera que le gustan los dos por igual. "A veces extraño la sala de redacción del canal y la interrelación con gente de diferentes campos, como camarógrafos, sonidistas y periodistas; pero también la tranquilidad de escribir y tener control sobre lo que se hace, como sucede cuando uno escribe un artículo. Por eso trato de interrelacionar las dos, aunque trabajo en televisión, la prensa es algo que me seduce constantemente."
Santos es licenciado en derecho de la Universidad de Costa Rica y en periodismo de la UACA; además cursó dos años de la carrera de filología en la UCR.
Ha trabajado en La Nación, la revista Rumbo, en la Cámara de Industrias, en Telenoticias, y ahora en canal 4.
En 1992 ganó el premio nacional de periodismo Jorge Vargas Gené, que otorga el Colegio de Periodistas. Es colaborador de la Página 15 de La Nación, escritor de la columna Hoy por hoy del periódico Al Día y profesor de periodismo en televisión de la Universidad San Judas Tadeo.
Viviendo el periodismo
La vida de Ignacio Santos transcurre entre el trabajo y el hogar. Se levanta todos los días, "casi religiosamente", a las 5:15 a.m. Lee los periódicos en su casa; trata de sacar un rato para estar con su hija, María Luisa, de un año y ocho meses. Luego se va al trabajo y regresa con su familia como a las 10 p.m.
Vive en Chiverral de San Antonio, Escazú -conocido como barrio El Carmen- y en su tiempo libre gusta de leer, oír música, ver televisión, escuchar radio y estar en casa junto a su esposa desde hace diez años, la abogada Suzanne Fischel.
Ignacio nació en Cuba en 1962. "Yo no salí de Cuba; me sacaron", afirma. Llegó a Costa Rica con sus padres cuando tenía ocho años. "Venir a este país fue la mejor decisión que alguien halla tomado por mí; no me veo viviendo en otro lugar". Desde muy joven empezó a laborar. "El primer trabajo que tuve fue cuando tenía como 10 ó 12 años de edad; fue en una farmacia que se llamaba Santa Marta. También estuve en una fumigadora y en la tienda El Volcán como dependiente."
Más tarde cuando era estudiante laboró como asistente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica y como profesor de literatura en un colegio.
Con alma de herrero
Si Ignacio Santos no hubiera sido periodista o abogado ¿qué hubiera sido? "Herrero, definitivamente", contesta muy seguro.
Tiene un taller en su casa, donde se "interna" a fabricar sillas, barandas, verjas y todo lo que tenga que ver con el hierro.
"Por sus cualidades, el hierro es uno de los elementos más bonitos de trabajar. Es muy fiel; donde uno lo deja, ahí se queda. Además, te puedes equivocar a la hora de forjarlo y siempre da una segunda oportunidad y, a veces, hasta una tercera...