Madrid, 29 oct (EFE).- El violonchelista y director de orquesta Mstislav Rostropovich aboga por que la ONU prohíba la venta de armas -"tiene que haber un límite a la producción"- y se invierta más dinero en cultura y educación.
"Es la única manera de cambiar el mundo", aseguró Rostropovich, en vísperas de que el lunes próximo ofrezca un concierto como prueba de amistad a los Reyes de España, pues es "un honor tocar y dirigir para ellos".
Según el violonchelista, "cuando me echaron de la Unión Soviética fue la mayor tragedia de mi vida, una tragedia que duró diecisiete años. Ahí estuvieron los Reyes, apoyándome en los momentos más difíciles".
En el Teatro Real de Madrid, Rostropovich estará en su doble condición de director de orquesta y violonchelista, lo que sólo hace en "ocasiones muy especiales" porque "es muy difícil" y requiere un esfuerzo enorme.
En la primera parte, dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Madrid en un programa con obras de compositores rusos inspiradas en España (Glinka, Prokofiev, Schedrin y Rimski-Korsakov).
El músico, nacido hace 75 años en Bakú (Azerbaiyán), pese a vivir en los aviones y cambiar "de maleta" en París, se siente "la persona más feliz del mundo".
No obstante, sigue recordando la persecución de que fue objeto por parte de las autoridades soviéticas, que le costó el exilio entre 1974 y 1990 después denunciar por carta el acoso al que era sometido el escritor disidente Alexander Solzhenitsin, a quien llegó a refugiar en su casa moscovita.
De esa carta que escribió "con la ayuda de Dios", sigue sintiéndose "feliz", pues "es lo más grande que he hecho en mi vida, incluso más que la música".
Pese a la dureza del exilio, Rostropovich consideró que fueron años de enriquecimiento personal y artístico, ya que en Occidente pudo acercarse a "la cultura. Conocí a Picasso, Chaplin, Dalí, Chagall... Fueron mis amigos".
Sobre Rusia, el músico opinó que "está en el camino del progreso en general", tras años de "caos" generalizado durante los cuales la gente "perdió la conciencia" y "todo era posible, todo se podía comprar".
A su juicio, todo ello ha influido negativamente en la cultura y la educación, pues "muchos grandes intérpretes, profesores, investigadores, científicos tuvieron que irse, pero confío en que todo vuelva a su cauce".
Rostropovich también se refirió, "desde la sinceridad", a los conflictos bélicos que azotan el mundo.
En su opinión, el negocio de las armas está en el origen de muchas de esas guerras y, "si seguimos armándonos y vendiendo esas armas a otros países, jamás tendremos paz. Estados Unidos vende a unos y Rusia a otros. Armas que se compran para ser usadas". EFE
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