Redacción y Agencias. México DF
Después de 48 años, una japonesa vuelve a reinar como la más bella del mundo. La Miss Japón Riyo Mori, una bailarina de 20 años de edad, fue proclamada Miss Universo 2007 el lunes en la noche, en el concurso celebrado en el Auditorio Nacional, en México.
La gala será recordada además por las duras críticas contra el concurso, los abucheos a la candidata estadounidense y, por supuesto, su caída de trasero en pleno desfile.
La reina. “Estoy tan agradecida con mis padres, con la gente que ha estado conmigo... es una de las experiencias más hermosas que he tenido en los últimos 10 años”, aseguró en inglés Mori, durante la primera conferencia de prensa que ofreció como nueva soberana.
“Solamente tengo 20 años, y estoy muy emocionada de que, a esta edad, pueda trabajar para beneficiar a la sociedad”, dijo en japonés.
Donald Trump, propietario del concurso, acompañó a la ganadora y, tras elogiar a la Miss Universo 2007, dijo que, según las primeras estimaciones, más de 1000 millones de personas vieron la ceremonia en todo el mundo.
“Ella es una gran campeona, una increíble mujer y ya escuché que en Japón se volvieron completamente locos al enterarse del triunfo de Mori”, aseguró Trump.
Esta es la segunda vez que Japón gana la corona de la belleza mundial, luego de la victoria de Akiko Kojima en la edición número ocho del certamen, en 1959.
Su pasión, el baile. La nueva reina de belleza detalló que hace aproximadamente un año tuvo que escoger entre mudarse a Nueva York para tomar clases de baile o posponerlo para entrar a este concurso de belleza.
“Para lograr este sueño (de convertirse en Miss Universo) tuve que abandonar otro. Ahora tengo la oportunidad nuevamente de ir a Nueva York, pero esta vez es mucho más lo que podré hacer”, dijo. “ Por eso mi mensaje a los japoneses es que no deben tener miedo de hacer lo que quieren, deben perseguir sus sueños”, aseguró la nueva reina.
Ella dijo que la experiencia acumulada en el mes que duró el concurso le sirvió para entender que si las personas tienen belleza interna eso se reflejará en su exterior.
Desde que llegó a México, la representante de Japón se mostró confiada en ganar el primer lugar del concurso. En una ocasión expresó que “entré a esta competencia con grandes expectativas y una gran determinación para hacer este sueño realidad”.
La japonesa conservó la confianza incluso hasta el final. A diferencia de lo que ha sido una tradición entre las ganadoras, Mori no derramó ni una lágrima al escuchar que había sido designada como la mujer más bella.
El jurado, cuya decisión constituye una tercera parte de la puntuación total, enfocó su pregunta en la niñez de la candidata. Mori relató que el recuerdo más valioso de su infancia es la convivencia con maestros y estudiantes en sus clases de danza pues aprendió, entre otras cosas, a mantener la paciencia y una actitud positiva.
Mori se distinguió durante el concurso por usar vestidos de grandes diseñadores como Gucci.
El sueño de la nueva soberana es abrir su propia escuela de danza en Tokio, la capital japonesa.
EE. UU. abucheado. Las cinco finalistas fueron escogidas entre 10 semifinalistas, luego de que modelaran en tacones altos y vestido de noche.
Esta prueba valió para los asistentes el tiquete de entrada, que osciló entre $ 230 y $33, ya que la Miss Estados Unidos sufrió un tropiezo que la hizo caer al piso. Eso sí, ella se levantó de inmediato y continuó su recorrido con aplomo. Además, Miss EE. UU. aguantó con elegancia el sonoro abucheo del público, registrado a pesar del guiño a la comunidad hispana en Estados Unidos hecho por la organización al invitar al mexicano Mario López como conductor de la ceremonia.
El jurado decidió darle una nueva oportunidad a la candidata estadounidense al incluirla en el grupo final. Sin embargo, el primer premio fue para la japonesa, seguida de la brasileña Natalia Guimaraes, y de la venezolana Ly Joainits en la tercera posición. Los sitios siguientes fueron para Honey Lee de Corea y Rachel Smith de Estados Unidos.
Sobre el incidente con el público, la nueva Miss Universo, de 1,79 metros, dijo que no entendió a qué se debía el alboroto porque Smith es una mujer hermosa por dentro y por fuera, dulce, educada y cariñosa, a quien respeta. Para Trump el abucheo respondió a la política exterior del gobierno de Estados Unidos y no a la candidata en sí.
Asia, por tres. Además del máximo premio para la japonesa Mori, la Miss Filipinas Anna Theresa Licarios fue elegida como la candidata más fotogénica, mientras Miss China Ningning Zhang fue seleccionada por sus compañeras como la señorita amistad.
Así, las asiáticas se convirtieron literalmente en las reinas de la noche, donde solo cuatro latinoamericanas brillaron entre las 10 favoritas, lo que contrasta con la tendencia de los últimos años cuando el grupo de candidatas de esta región acaparaba las posiciones más altas. Sin embargo, una de las gratas sorpresas fue la aparición de Miss Nicaragua entre las diez finalistas, de un total de 77 concursantes.
Polémica. El evento, además, se llevó a cabo sin la presencia de la representante de Suecia, Isabel Lestapier Winqvist, de 20 años, quien a última hora decidió abandonar el concurso a petición de los organizadores de Miss Suecia. Estos consideraron al certamen global Miss Universo “degradante para las mujeres”.
Además, varios activistas aprovecharon la exposición mediática, y representaron el mismo lunes una parodia del certamen. Ellos exigieron mejoras a los derechos de la mujer en el país y denunciaron la falta de garantías que viven actualmente miles de ellas.
Además, entre los invitados especiales del certamen se esperaba a la ex Miss Universo chilena Cecilia Bolocco, esposa del ex presidente de Argentina Carlos Menem, pero una fuente de la organización informó a la prensa que ella canceló su participación tras el escándalo generado por la publicación de unas fotos en las que aparece semidesnuda con un “amigo”.
Tras el triunfo de Riyo Mori, Donald Trump anticipó que la Organización Miss Universo está en contacto con Japón, China, Rusia y “otras seis ciudades”, interesadas en ser sede del concurso el año entrante.