Los datos asustan: el consumo del metilfenidato, más conocido como Ritalina, se disparó abruptamente: un 500 por ciento en un lapso de cinco años.
Las cifras son elocuentes: mientras que en 1990 se utilizaron 267.000 tabletas, cinco años después se aplicaron 1.460.610. De ellas, el 57 por ciento fueron suministradas por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el 43 por ciento por clínicas y farmacias privadas.

¿Justifican o no los especialistas ese incremento que ellos mismos califican de preocupante?
¿Se trata acaso de un abuso o de un afinamiento en el diagnóstico de la hiperactividad y del déficit atencional en territorio costarricense?
La balanza todavía no se inclina en ningún sentido; por ahora, los profesionales demandan una investigación exhaustiva que permita aclarar la situación.
Lo único que tienen a mano son los datos aportados por la Sección de Drogas, Estupefacientes, Psicotrópicos y Precursores del Ministerio de Salud que revelan el ascenso del consumo.
La polémica y la preocupación que está suscitando este fármaco es similar a la que produjo el año pasado en Estados Unidos. Su consumo allí creció en las mismas dimensiones que en Costa Rica: un 500 por ciento.
Para evitar el abuso, solo ciertos médicos (como neurólogos y psiquiatras) deberían prescribir Ritalina. Esta es la opinión de algunos profesionales, como Guiselle Amador, del Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), y el psiquiatra infantil Luis Diego Herrera Amighetti.
Sin embargo, el médico Francisco Jiménez Martén, del IAFA, no está seguro de aplicar aquel criterio, aunque estima que la Ritalina es un fármaco que debe recetarse con mucho cuidado.
Actualmente, la Ritalina se receta con un formulario especial del Ministerio de Salud, como una manera de controlar la venta.
Investigación en camino
La preocupación de los especialistas costarricenses ya tocó las puertas del Ministerio de Salud y de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), cuyos profesionales están empeñados en efectuar una investigación pormenorizada para determinar si hay un abuso en el consumo o un mejoramiento en el diagnóstico, que detecta más casos cada día.
Albin Chaves, jefe del Departamento de Farmacoterapia de la Caja, explicó que, por medio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), están pidiendo a los países latinoamericanos información sobre el consumo de este producto. El objetivo es analizar la situación tica a la luz de lo que sucede en otras naciones.
No obstante, lo que inquieta a los profesionales consultados por Viva es que muchos padres se acercan a los consultorios pidiendo una receta de ese fármaco porque en la escuela se lo aconsejaron a sus hijos.
Dichos médicos saben también de planteles educativos donde se hacen recesos especiales para que los niños se tomen la pastillita, y de padres de familia que se desesperan por conseguir este tratamiento para sus hijos.
También tienen conocimiento escuelas y colegios donde se resisten a admitir niños a quienes se les prescribe Ritalina.
Farmacólogos, pediatras, neurólogos, psiquiatras y farmacéuticos coincidieron en que la Ritalina es una excelente herramienta terapéutica cuando los niños sufren de hiperactividad o de déficit atencional. Sin embargo, mal indicada podría acarrearles dificultades.
Tampoco se puede ver a la Ritalina como una "droga mágica". Este producto debe complementarse con otras acciones terapéuticas que involucren a la escuela y a la familia, destacó Patricia Jiménez, del Hospital Nacional de Niños.
Una de las preocupaciones de Francisco Jiménez es que los escolares se acostumbren a solucionar sus dificultades empastillándose, lo que, a su juicio, podría favorecer las conductas adictivas.
Así las cosas, es necesario profundizar en las razones del alto consumo, pero paralelamente iniciar un proceso de educación de los padres de familia y del gremio médico para evitar que se produzcan prescripciones a la ligera.
Ojo con el uso
La Ritalina o metilfenidato es un estimulante cuyo uso se ha extendido en el territorio costarricense. A continuación, algunos detalles de este fármaco.
Indicaciones: trastornos por déficit atencional con hiperactividad.
Tipo de producto: estimulante del sistema nervioso.
Nombre genérico del producto: metilfinidato.
Nombre comercial: Ritalina.
Efectos adversos: se asocia con insomnio, falta de apetito y adelgazamiento; también, con dolores de cabeza y de estómago, y con tics en individuos susceptibles.
Se documentan también aumentos de la frecuencia cardiaca y alteraciones del crecimiento cuando se produce un consumo prolongado; sin embargo, los estudios disponibles aún no son concluyentes pues evidencian compensación durante los periodos de vacaciones.
Periodo de consumo: ciclo lectivo.
Periodo de descanso: los recesos de medio periodo y las vacaciones de tres meses.
Consumo en el país durante 1996: 48.687 cajas, (1.460.610 tabletas).
3 Prescripción en Costa Rica: no se trata de un producto de libre venta. Requiere una receta médica especial del Ministerio de Salud.