Llegamos a Plaza Itzcazú para sorprendernos de la proliferación casi desenfrenada de restaurantes; de pronto y casi sin darnos cuenta, este sitio se convirtió en un rincón gastronómico. Comida española, argentina, italiana, peruana e internacional, son las nuevas propuestas que convocan apetitos hacia el oeste de la capital.
Nosotros por nuestra parte nos dirigimos a Fresk Co, un restaurante en el que las complicaciones culinarias pasan de lejos pues aquí la especialidad es la sencillez de lo natural. El menú tiene cuatro puntos cardinales: pastas, pizzas, sopas, pero sobre todo, ensaladas. Sus propietarios simplifican la propuesta en dos palabras: comida sana.
Al ingreso nos recibe un letrero con las opciones alimenticias y sus precios, e inmediatamente, una barra de ensaladas se extiende desde la puerta al más allá: unas treinta opciones de verduras y sus similares lucen frescas y livianas, deseosas de ocupar un sitio en nuestro plato.
Poco a poco nuestro recipiente empieza a perder terreno ante la aparición de unas cuantas maravillas: brócoli, tomate, pollo salpicón, aguacate a la vinagreta, fusili griego, maíz dulce con aceitunas, espinacas con hongos y ajonjolí, espinacas con papas y manzana&...;el plato se encogió y nos falta la mitad&...;no importa, podemos volver luego por el resto ya que este sitio es lo que los gringos llaman un "all you can eat", o sea, se puede comer lo que quiera, las veces que lo desee.
Después de quitarle la atención a las ensaladas, nos percatamos que el menú de opciones no termina aquí. Otra barra denominada "caliente" extiende las posibilidades y aunque en este sector la variedad no es mucha, todo tiene muy buena cara, así que optamos por terminar con el plato de ensalada y -no sabemos como- tratar de probar el resto.
A más no poder
Todos los ingredientes de que estaba compuesta nuestra mega-ensalada estaban deliciosos y frescos. Los aderezos y demás complementos hicieron de nuestra experiencia un acto memorable.
Con poca hambre y mucha gana nos acercamos a la barra caliente la cual está poblada por una sopa, una crema, pasta con unos tres tipos de salsa y una dos posibilidades de pizzas.
El día que estuvimos, la crema era de vegetales y aunque de una consistencia muy espesa, tenía un excelente sabor. A la sopa -de pollo con vegetales- le faltó tener las carnes del pollo en remojo por más tiempo pues estaba con poco sabor.
Las pizzas -margarita y de jamón- estaban bastante bien en tamaño y en sabor, y la pasta, por razones de peso, no llegamos a probarla, pero había una salsa de berenjena con tomate&...;con la que hemos estado soñando.
En Fresk Co. las opciones son temperadas: usted puede decidirse por la barra fría o la caliente, o ambas. Los precios no son populares, hay que reconocerlo, pues las dos primeras opciones tienen un costo de ¢2.500 cada una, y no incluyen bebida (¢400), y la que incluye todo -frío y caliente- cuesta ¢3.500 (incluye una bebida gaseosa o las naturales que quiera). Sin embargo, el costo adquiere plusvalía cuando, uno toma el plato por segunda vez o más, pues de usted podrá repetir las veces que quiera y quedar absoluta y totalmente satisfecho.
Fresk Co. es una combinación entre restaurante informal y buen gusto. La cubertería y las vajillas son abundantes en tamaño e invitan a no estimar lechugas.
El servicio es rápido, posiblemente porque es autoservicio, el sitio es cómodo y limpio. Además, no hay problemas de parqueo por que al centro comercial en el que está, eso le sobra.
En dos platos, Fresk Co. es una excelente opción para aquellos que quieran comer y comer sin tener que cargar con el peso de la conciencia.