Me ubico en una franja de edad que en este país es considerada como sinónimo de juventud, es decir, mayor de 18 y menor de 35. Este año, espero terminar la carrera de Administración Aduanera y Comercio Exterior en la Universidad de Costa Rica, la cual fue recientemente acreditada con el galardón Picard, lo que, a grandes rasgos, representa que su calidad es equivalente a las mejores de todo el orbe.
Sin embargo, solo el año pasado, solicité empleo en cerca de 40 empresas de diversos tamaños, dedicación, capital social, etc., y cada vez que hago entrega de mi currículum vítae, ya sea personalmente, por fax o mediante correo electrónico, las respuestas, siempre son las mismas:
k1-En este momento no estamos contratando.
k2-Usted está sobrecalificado para la plaza.
k3-Necesitamos alguien preferiblemente con maestría.
k4-Usted no tiene experiencia.
Se privilegia la experiencia previa; no obstante, existe una clarísima reticencia por generar esa experiencia en quien busca empleo, provocando en el solicitante el riesgo de languidecer con el paso del tiempo y la acumulación de monótonos y perniciosos rechazos.
Ninguna tentativa sirve, puesto que no cuento con la oportunidad que la experiencia me daría, ni con un padrino, político o no, que me ayudara a ubicarme en un puesto donde pueda demostrar mis capacidades.
Desarrollo integral. Existen empresas interesadas en que sus colaboradores se desempeñen tanto en el ámbito laboral como en el académico, permitiendo horarios reducidos levemente, uno o dos días por semana.
¿Cuán agradecido estará quien sea objeto de semejante trato preferente? ¿Qué beneficio obtiene la compañía, además de contar con capital humano más capacitado? ¿Será que coincide con el concepto de responsabilidad social corporativa? ¿Se podría, así, inculcar un sentimiento de pertenencia a la organización?
Es realmente inadmisible que en el momento más productivo en la vida de una persona exista una sociedad capaz de ignorar el desperdicio que le genera el tener en “desuso” a un recurso humano educado, el cual le ha costado una inversión al país (y al individuo) en tiempo y dinero.
¿Y dónde están los empleos del TLC?