
Sydney (DPA). El primer ministro de Timor Oriental, Mari Alkatiri, renunció hoy a su cargo después de meses de disturbios políticos que causaron una treintena de muertos y forzaron la huida de más de 130.000 personas. El presidente, Xanana Gusmao, ha aceptado su retirada.
"En el interés de nuestra nación, asumo mi parte de la responsabilidad por la crisis que afecta a nuestro país", dijo Alkatiri en Dili, la capital de Timor Oriental, informó la emisora de radio ABC de Australia. "Estoy decidido a no contribuir a profundizar aún más la crisis, agregó.
El ahora ex primer ministro se había enfrentado en una lucha por el poder con el presidente Gusmao, quien había exigido su renuncia. En los últimos días, miles de timorenses se habían manifestado en Dili contra el impopular primer ministro y tras el anuncio, numerosos habitantes de la capital salieron a la calle a expresar su alegría.
También en Australia, unos 500 kilómetros al sur de Timor Oriental, la decidisión del primer ministro fue bien recibida. Según afirmó el jefe de gobierno australiano, John Howard, la retirada de Alkatiri "forma parte del proceso para resolver las dificultades, superar el punto muerto", citaron los medios australianos.
No se descarta que en la decisión de Alkatiri haya influido la amenaza de Australia de retirar sus tropas de Timor Oriental si la dirigencia del pequeño país no dirimía sus diferencias internas. Australia tiene desplegado en Timor Oriental un contingente de 1.300 soldados, que fue enviado a la ex colonia portuguesa el mes pasado, junto con tropas de Malaisia, Nueva Zelanda y Portugal, para atajar la ola de violencia y restaurar el imperio de la ley.
El ministro de Relaciones Exteriores australiano, Alexander Downer, dijo hoy que su gobierno pretende reducir lo antes posible la cantidad de soldados destacados en Timor Oriental.
Los problemas en Timor Oriental comenzaron en marzo, cuando Alkatiri despidió a 600 soldados de las regiones occidentales que se habían declarado en huelga en protesta contra lo que consideraban una política discriminatoria del gobierno, que favorecía los ascensos en las Fuerzas Armadas de soldados provenientes del este del país. Los soldados rebeldes, leales a Gusmao, fueron apoyados por miembros renegados de la policía que también exigían la salida de Alkatiri.
La renuncia de Alkatiri se produjo menos de 24 horas después de que fuera confirmado en el cargo de líder del partido gobernante Fretelin, que posee 55 de los 88 escaños del Parlamento. Esto motivó la dimisión, el domingo, del premio Nobel de la Paz José Ramos-Horta, quien desempeñaba simultáneamente los cargos de ministro de Relaciones Exteriores y ministro de Defensa.
Ramos-Horta es un estrecho aliado de Gusmao, quien también había amenazado con renunciar si el primer ministro se negaba a dimitir como presunto responsable de los disturbios de los últimos meses. En la declaración en la que anunció su renuncia, Alkatiri explicó que había decidido capitular para evitar la dimisión de Gusmao, el héroe de la independencia de Timor Oriental.
Por el momento se desconoce quién será el sucesor de Alkatiri. Ramos-Horta se ofreció para desempeñar el cargo, pero los observadores opinan que es más probable que sea ocupado por su ex mujer, la viceprimera ministra Ana Pessoa, ya que ésta es compañera del partido de Alkatiri, al contrario que Ramos-Horta.
Timor Oriental es uno de los países más pobres de Asia y obtuvo la independencia hace tan sólo cuatro años. Desde 1999 hasta 2002, la mitad de la isla fue administrada por las Naciones Unidas.
Anteriormente la población se había pronunciado en un referéndum a favor de desligarse de Indonesia, a la que Timor Oriental estaba anexionada desde hace unos 30 años. Debido a ello, las milicias pro indonesias sumieron a la mitad de la isla en una oleada de violencia que costó la vida a unas 1.000 personas.