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Reflexión: El amor más grande

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En el seno inefable de Dios la relación entre las tres divinas personas es una relación de amor. Dios es esencialmente amor. Y fruto de ese amor, a través de Jesús, somos nosotros, los cristianos, su cuerpo místico, la Iglesia: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo”. Y el “permaneced en mi amor” significa que creamos en ese amor, que confiemos en él, en su fidelidad. Esa permanencia se logra con la reciprocidad del que, haciendo lo que Jesús quiere, le muestra también su amor, siguiendo su ejemplo en relación con el Padre. El amor es entre dos o más. Y en la reciprocidad está su plenitud. Como en la Trinidad de Dios.








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