Basilea (Suiza). La reconstrucción de las dos estatuas gigantes de Buda de Bamiyán (centro de Afganistán), destruidas hace casi un año por los talibán, costará entre 30 y 50 millones de dólares y podría demorarse unos diez años.
Así lo señaló a un grupo de periodistas el director del Museo de Afganistán de Bubendorf (noroeste de Suiza), Paul Bucherer-Dietschi, uno de los responsables del programa de reconstrucción de las estatuas, erigidas entre los siglos III y IV y que tenían una altura de 53 y 36,5 metros, una anchura de 22 y una profundidad de 15.
Bucherer-Dietschi explicó que el principal coste no será la reconstrucción de los budas, los mayores del mundo, sino el complicado proceso de estabilización de las montañas de piedra calcárea en las que se esculpieron y que sufrieron grandes daños estructurales por las explosiones que acabaron con las figuras.
El régimen integrista de los talibán destruyó en marzo del año pasado las estatuas dentro de una campaña para acabar con todas las imágenes preislámicas que, según su versión del Islám, van contra los principios de la fe musulmana.
En la destrucción de las estatuas de Buda, una de las cuales ya había sido atacada en 1998, los Talibán utilizaron misiles antiaéreos, tanques y dinamita.
La reconstrucción de los Buda, en cuya construcción original se emplearon entre 20 y 50 años, será posible gracias a que el profesor de geodesia y topografía Robert Kostka, de la Universidad de Graz (Austria), localizó un completo estudio de imágenes fotogeométricas realizado en 1970 por un grupo de ese centro sobre una de las estatuas.
Con esas fotografías, un equipo del Instituto Federal de Tecnología de Zúrich está realizando en estos momentos una serie de imágenes digitalizadas, que estarán finalizadas en el plazo de un mes, y que permitirán realizar en una primera fase un modelo a escala de seis metros.
Este modelo se construirá en un taller del Museo de Afganistán de Basilea, ya que los instrumentos técnicos para ello sólo se encuentran en Suiza y, después, será transferido a la realidad, algo que hasta ahora sólo se ha hecho con figuras de entre 3 y 4 metros.
Bucherer-Dietschi agregó que tienen informaciones de que los restos de las estatuas fueron llevados hacia Pakistán, donde es probable que se vendan como recuerdos "igual que se hizo con el muro de Berlín".
Los budas fueron creados por artistas de origen griego que descendían de aquellos que poblaron ciudades como Herat o Baghlán, fundadas por Alejandro Magno en su conquista asiática, unos 200 años antes de Cristo.
Estos artistas, por encargo de los budistas que llegaron a Afganistán tras la prohibición de su fe en otros lugares de Asia, crearon por primera vez las caras de Buda que posteriormente quedarían como imagen universal del dios, recordó Bucherer-Dietschi.
Por ello, afirmó que la reconstrucción de las estatuas debe ser una "cuestión política de absoluta prioridad" y agregó que esperan conseguir la financiación necesaria con la ayuda del Gobierno suizo, donantes privados y el apoyo de la UNESCO.
Asimismo resaltó que en un reciente sondeo realizado entre la población afgana, la mayoría apoyó que se vuelvan a levantar las estatuas, a pesar de saber que con el dinero que habrá que emplear para ello se podrían hacer 30 puentes.
Bucherer-Dietschi es un destacado experto internacional en arte y cultura afgana y desde hace tres décadas está muy comprometido en la conservación de esta herencia.
Con el apoyo del Gobierno suizo, ya intentó en 1991 sacar de Afganistán unos 23.000 objetos del tesoro de Telya Tepe, descubierto en 1978 cerca de Sheberghán (norte de Afganistán).
Sin embargo esa transferencia no se hizo y nadie sabe adónde fueron a parar esos objetos.
En 1998 se logró el acuerdo de los Talibán y de la Alianza del Norte para sacar de territorio afgano parte de la herencia cultural de su país, lo que llevó a la puesta en marcha del Museo.
En un primer momento la UNESCO no apoyó la salida de los objetos, pero tras la destrucción de los Budas en marzo del pasado año, autorizó este programa, por el que el Museo, inaugurado en octubre de 2000, guardará todos los objetos que reciba "hasta que la paz vuelva completamente a Afganistán".
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, Editora nacion.com Fuente: agencias.