Santiago. EFE El español Raphael se llevó los laureles de una maratoniana segunda jornada del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, que terminó casi a las 4:00 a.m. de ayer, con los argentinos Babasónicos indignados por la hora en que debieron actuar.
La jornada, en la que también se destacó el humorista argentino Hugo Varela, fue también más problemática para el cantante Ricardo Montaner, animador del certamen, que se enfrentó a en este día un público algo hostil, diferente al de la jornada inaugural.
El cantante argentino-venezolano logró sin embargo superar silbidos iniciales y gritos que pedían al chileno Antonio Vodanovic, a quien reemplazó como animador después de 28 años e incluso fue el responsable de que la mexicana Paulina Rubio no se fuera del escenario con las manos vacías.
Hubo momentos, sobre todo en el arranque del espectáculo, que los silbidos contra Montaner arreciaron, pero con habilidad el artista se apoyó en su compañera de animación, la chilena Myriam Hernández que, a decir de algunos comentaristas, se convirtió en una verdadera "chaperona" de su pareja escénica.
Raphael que, a sus 62 años de vida, no puede ocultar cierto desgaste en su prodigiosa voz pero que conserva intacto el histrionismo que le llevó al pináculo de la fama, ofreció un concierto de una hora y 45 minutos, que incluyó 21 canciones, las más conocidas y populares de su vasto repertorio.
Con la mitad o algo más de los 15.000 espectadores como hinchas incondicionales -el resto estaba con los Babasónicos-, Raphael cantó Digan lo que Digan, En Carne viva y muchos más de sus ya archifamosas canciones, matizadas con frases como "Os quiero, os amo" o "Gracias, Viña!" que hicieron enloquecer al Monstruo, como se denomina al público del Festival. Al cabo, Raphael bajó del escenario con dos antorchas, una de plata y otra de oro y muy emocionado por el éxito que cosechó en un escenario que no pisaba desde hacía 18 años, recordaron ayer sus fanáticos y algunos organizadores.