El rap, ese ritmo duro nacido en el Bronx neoyorquino está triunfando en Cuba, no sin antes vencer aprehensiones, menosprecios y desconfianza durante una década y sobre todas las cosas, obtener carta de ciudadanía cubana mediante la asimilación de la potente música de la isla y la incorporación de textos de su realidad nacional.
Esa es la impresión de los que asistieron al séptimo Festival del Rap Cubano Habana Hip Hop, que se desarrolló hasta ayer, en tres escenarios de la capital cubana con agrupaciones o solistas de cinco países (Estados Unidos, Venezuela, Alemania, Canadá y España), así como 50 nacionales.
Paralelamente a los bulliciosos escenarios donde cada noche se dieron cita miles de jóvenes vestidos con la informalidad que caracteriza a los amantes del "hablar duro" (rap), un coloquio teórico se desarrolló en la sala Rubén Martínez Villena de la Unión de Escritores (UNEC), donde la mayoría de los especialistas coinciden en que el rap cubano es una realidad.
Informales, como sus propios artistas y asistentes, los espectáculos comenzaron más tarde de lo previsto, para extenderse más allá de la media noche, e hicieron retumbar los entornos de la Casa de la Cultura de Plaza, el Anfiteatro de Alamar y el Café Cantante del Teatro Nacional.
Llegado a Cuba a principios de la década de los 90 a través de imágenes difusas de la televisión norteamericana captadas fortuitamente en la isla, el rap se inició como un mimetismo, pero poco a poco fue tomando identidad nacional ante la necesidad de comunicarse.
A diferencia del estadounidense, el cubano rapero es mucho más positivo. "Vivimos en una sociedad más positiva y eso es importante", opinó Irak Zaenz, del grupo Doble Filo.
"La mayoría de los raperos hablan en sus textos de la necesidad de que no haya violencia, de que no haya droga, que no haya discriminación racial, que la mujer y el hombre sean vistos igual", dijo Zaenz a Hip-Hop.cu, la muy modesta revista del Rap Cubano.
Para Jorge Petinaud, un periodista que hace cuatro años anima el programa semanal La esquina del rap , en Radio Metropolitana, la evolución del rap cubano ha sido muy positiva en los últimos años.
Los textos iniciales del rap cubano, un tanto vulgares y de poco significado, han pasado a ser una crónica social con letras pensadas que incluyen además de las temáticas ya citadas, los problemas ambientales, la musicalización de la obra poética de Nicolás Guillén (poeta nacional) y canciones del famoso músico Compay Segundo (Francisco Repilado).
Aún así, el "hablar duro" choca a alguna gente, sobre todo cuando abordan las desigualdades creadas en la sociedad cubana por la introducción del dólar, el problema de la emigración, o la desconfianza social hacia los raperos, en su mayoría jóvenes negros de vestir estrafalario.
La temática religiosa de cultos de origen africano también ganó espacio en el rap cubano.
Algunos grupos y solistas de la isla ya tienen nombres reconocidos, como Cubanos en la Red, Anónimo Consejo, Doble Filo, Primera Base, Free Hole Negro, Sexto Sentido, D'Anja, Obsesión, y otros, algunos de los cuales han comenzado incluso a realizar presentaciones conjuntas con reconocidas orquestas de salsa.