
Rainiero III de Mónaco, el último príncipe de cuento de hadas de las dinastías europeas y también protagonista de alguna tragedia, murió ayer en el Principado de Mónaco. Tenía 81 años.
El soberano de los monegascos falleció a las 6:35 a.m. (hora local) en el centro hospitalario en el que había ingresado el pasado 7 de marzo por una infección bronco-pulmonar, según informó cinco minutos más tarde el Ministerio de Estado del Principado.
En esos momentos estaba acompañado de su único hijo y heredero, el príncipe Alberto, al que habían avisado una hora antes para comunicarle que se acercaba el final, informaron fuentes palaciegas.
Rainiero falleció tras pasar 55 años en el trono del segundo estado más pequeño del mundo -después del Vaticano-, lo que le convertía en el reinado más largo de Europa.
Además, la dinastía de los Grimaldi gobierna ininterrumpidamente desde finales del siglo XIII; por tanto, es la familia reinante más antigua del Viejo Continente.
Los funerales por el Príncipe se celebrarán el próximo viernes, 15 de abril, en la catedral de Mónaco, según el comunicado oficial que emitiió en la mañana el Ministerio de Estado.
A la cita se espera la presencia de cientos de representantes de de la realeza de todo el mundo y otras personalidades.
¿Quién era? Rainiero nació el 31 de mayo de 1923, fruto de la unión de la princesa Carlota de Mónaco y el príncipe Pedro de Polignac, convertido en Grimaldi por ordenanza del 18 de marzo 1920.
El joven príncipe se convirtió en Rainiero III en 1949 cuando tenían 26 años, tras morir su abuelo y abdicar su madre a su favor.
Rainiero sobrevivió 23 años al gran amor de su vida. Ella era la princesa Grace Kelly, una estadounidense que decidió ser actriz. La bellísima Grace Kelly trabajó en Hollywood en los años dorados del cine y fue una de las musas del genial cineasta Alfred Hitchcock.
La norteamericana lo dejó todo por amor a Rainiero y ambos se casaron en 1956. Su boda no fue bien aceptada por las casas reales europeas y casi ninguna acudió al enlace matrimonial. Sin embargo, en los siguientes años Rainiero y Grace se ganaron el respeto de los aristócratas de rancio abolengo.
De su unión nacieron tres hijos: Carlota (1957), Alberto (1958) y Estefanía (1966).
Grace murió en 1982 en un accidente de tráfico y su hija Estefanía sobrevivió milagrosamente.
Rainiero nunca superó la muerte de su esposa, no rehizo su vida y tuvo que ser testigo de los escándalos que protagonizaron sus hijos.
Él fue, sin embargo, quien elevó el Principado al primer lugar mundial. Así, el pequeño estado de 200 hectáreas y 30.000 ciudadanos, fue admitido en 1993 en la Organización de Naciones Unidas y el pasado mes de octubre Mónaco ingresó en el Consejo de Europa.
Desde primera hora de la mañana de ayer, la bandera rojiblanca del Principado, que ya estaba a media asta por el fallecimiento del Papa, lució crespones negros.