El tema de la guerrilla colombiana llega al cine, aunque en la película Prueba de vida los acontecimientos suceden en un país imaginario llamado Tecala, tan parecido a lo que se dice de Colombia como una gota de agua a otra.
El filme viene dirigido por el californiano Taylor Hackford, y con actuaciones de Meg Ryan, Russell Crowe y David Morse.
Esta cinta trajo más de un comentario al mundo del espectáculo y a las notas frívolas encendidas por el chisme, ¡claro!, alrededor del romance que surgió entre la actriz y el actor principales: Ryan y Crowe. Esa fue la noticia, porque se dijo que la película era la culpable del divorcio entre Meg Ryan y su esposo, el también actor Dennis Quaid.
Pronto, muy pronto, los análisis sobre la calidad o la (sin) importacia del filme quedaron diluidos entre las salidas y el romance de Crowe con Ryan, aunque nada de esto duró tanto como se esperaba (ellos pusieron fin al amorío en diciembre).
Con todo, de alguna manera, Prueba de vida tuvo así su buena prueba de idilio, y -de paso- ganó en publicidad. Sin embargo, el director Taylor Hackford decidió suprimir de la versión final la escena de sexo entre los personajes interpretados por Ryan y Crowe, porque -a su parecer- distraía (solo mantuvo un beso más bien virginal).
Con su relato aceptable de amor y aventura, y con una realización apenas funcional, la película ha sido cuestionada por su maniqueísmo excesivo al diferenciar a los buenos de los malos, con una visión de la guerrilla ligada a lo que dicen de ella sus enemigos más encontrados: para algunos resulta una visión oportuna, para otros no lo es tanto.
El filme se basa en un artículo escrito por William Prochnau para la revista Vanity Fair, titulado Aventuras en el negocio de los rescates, y en un libro firmado por Thomas Hargrove titulado Un largo viaje hacia la libertad, donde el autor describe su aventura: él fue secuestrado y liberado en Suramérica.