por Rafael Molina
Madrid, 26 jul (EFE).- Las prostitutas de Madrid quieren que se cree "un barrio de la tolerancia" donde puedan ejercer su trabajo en condiciones seguras, mientras las autoridades tratan de erradicar este viejo oficio de las calles y parques de la ciudad.
"Aunque todos quieren que desaparezcamos del paisaje, esto va a ser imposible, ya que lo único que lograrán es cambiarnos de calle", aseguran las afectadas, alarmadas por las obras y los cortes de tráfico que anuncia el Ayuntamiento de la capital en la zonas donde habitualmente trabajan.
Las meretrices se quejan de que el ayuntamiento madrileño quiere cerrar al tráfico la Casa de Campo, el mayor parque de la ciudad y el lugar donde venden sexo a diario más de 2.000 prostitutas y travestis.
También temen que las obras de remodelación iniciadas en la céntrica calle de la Montera, habitual lugar de prostitución al aire libre, les impidan trabajar.
Este oficio "existe desde hace mucho tiempo y no va a desaparecer ahora, por lo que seguiremos en la lucha", subrayan las afectadas, quienes piden que se delimite "de una vez" una zona de la ciudad para que puedan "trabajar tranquilas, con seguridad y salubridad".
Por ello, las asociaciones de prostitutas han presentado esta iniciativa a la prensa local y han anunciado que desean trasladarla "personalmente" al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
Según la policía española, el número de prostitutas que ejercen el viejo oficio en las calles de Madrid se ha multiplicado de forma alarmante en los últimos años y está dominado por inmigrantes ilegales procedentes de Ecuador, Colombia, los países de Europa del Este y de Africa subsahariana.
En la Casa de Campo, esta actividad ilegal es presenciada en horas diurnas por cientos de deportistas, turistas y familias que visitan el Parque de Atracciones o el Zoológico instalados allí.
Precisamente, el efecto que causan las prostitutas, que se exhiben medio desnudas entre los árboles en busca de clientes, ha motivado la protesta de los vecinos que pidieron el cierre al tráfico de la zona para disuadir la afluencia de clientes.
El Ayuntamiento, arguyendo que los coches degradan el parque, anunció su cierre en las próximas semanas, aunque "lo único que persigue, digan lo que digan, es sacar a las trabajadores del sexo de allí", aseguran las asociaciones de prostitutas.
Sin embargo, el Consistorio insiste en que estas medidas "son necesarias para mejorar la ciudad y no van en contra las prostitutas".
Mientras Ayuntamiento y meretrices tratan de hallar una solución, el gobierno regional de Madrid ha firmado un acuerdo con la Asociación para la Atención y Reinserción de la Mujer Prostituta (APRAMP) que trata de buscar alternativas laborales a estas trabajadoras.
A través del convenio, esa organización ofrece cursos de sexo seguro e higiene, así como de español, para aquellas prostitutas que proceden de países no hispanos.
"No tratamos de redimir, ni de retirar de la calle a nadie, sólo ofrecemos información y formación a estas mujeres para que puedan decidir con libertad en que quieren trabajar", aseguró a EFE Rocío Nieto, presidenta de APRAMP, que cuenta con una experiencia de 20 años en este terreno.
Según Nieto, en los cursos participan como monitoras dos ex prostitutas que han conseguido que una tercera "se haya animado a denunciar la red que la estaba explotando" en la Casa de Campo, donde operan decenas de proxenetas y organizaciones dedicadas al tráfico de personas.
"Todos los días atendemos en la Casa de Campo a casi 400 mujeres, la mayoría colombianas y ecuatorianas, a las que ofrecemos normas para practicar sexo seguro e información sobre todas las ayudas sociales que les puede proporcionar el Estado para permitir su reinserción", agregó.
Además les ofrecen talleres de cocina, costura o atención a ancianos para que puedan optar a un puesto de trabajo convencional, añadió Nieto, para quien legalizar la prostitución en España "significaría dar cobertura legal a la miseria, ya que estas mujeres venden sexo porque no tienen otra forma de ganar dinero". EFE
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