Alejandría, Egipto. Los buceadores se sumergen en las aguas lechosas y no pueden divisar nada en los primeros 6 metros. Pero a medida que descienden al lecho marino es como si se despejase la niebla: se perfilan debajo del agua las formas oscuras de enormes placas y rocas.
A los buzos les anticiparon lo que iban a ver: largos bloques cilíndricos que hace 2000 años fueron algunas de los centenares de columnas que rodearon el Pilar de Pompeyo en la zona de Kom-as-Shouqafa en la moderna Alejandría.
Las columnas --que se dice fueron arrojadas al mar para dificultar una invasión de los cruzados-- ahora obstaculizan una franja de la costa mediterránea de esta antigua ciudad egipcia. Un tramo de 50 kilómetros de playas y bahías se ha convertido en el cementerio de numerosas ciudades sumergidas faraónicas, griegas y romanas.
El instructor de buceo Ashraf Sabry, nativo del puerto mediterráneo de Alejandría, empezó a ofrecer a los turistas un atisbo de este mundo perdido a principios del 2001. Su compañía es hasta ahora la única que ha capitalizado el potencial turístico submarino.
``Vienen buzos de todo el mundo para bucear en el Mar Rojo egipcio y las costas de la Península del Sinaí'', dice Sabry. ``Su vida acuática es tan maravillosa como la del Caribe y la Gran Barrera de Coral de Australia. Pienso que las ciudades sumergidas de Alejandría y la historia antigua ofrecen a los buzos algo diferente''.
Justo frente a la entrada del Muelle Oriental de Alejandría se alza el obelisco del faraón Seti I, de la decimonovena dinastía egipcia, que gobernó alrededor del 1300 AC, y numerosas esfinges de una tonelada, con y sin cabeza.
Significativamente, ese es el lugar donde los investigadores creen se alzó una de las siete maravillas del mundo antiguo, el Faro de Alejandría, de 120 metros de alto.
Mohamed el-Sayed, un arqueólogo submarino del Consejo Supremo de Antigüedades, dice que los investigadores creen que un terremoto destruyó el faro en el siglo XIV. Sus ruinas podrían estar sobre pilas de escombros dispersos hallados a 8 metros debajo del nivel del mar.
El-Sayed, que hizo uno de los recientes buceos de Sabry, informó a los turistas extranjeros acerca de lo que habrían de ver. No siempre hay guías tan expertos a mano, pero Sabry entrega a los turistas notas escritas sobre los tesoros submarinos.
``Mucha gente cree que hallará una ciudad intacta en el fondo del mar, con calles y edificios en pie'', dice el-Sayed. ``Lo que uno ve, en cambio, es un vasto campo de placas gigantescas rotas, columnas y fragmentos de un obelisco y otras piezas más pequeñas''.
Alejandría --a unas dos horas al norte de El Cairo, fundada en el año 331 AC por Alejandro Magno-- sigue siendo fuente de asombro y maravilla.
En junio, arqueólogos submarinos develaron estatuas faraónicas, tabletas de piedra y otros tesoros. Los restos pertenecen a la ciudad de Herakleion, de 2500 años, el antiguo puerto nombrado por Hércules, situado al oeste del moderno centro de Alejandría y a 6,5 kilómetros de la costa dentro de la Bahía Abu Qir.
Se dijo que un violento terremoto hace 1200 años sumergió Herakleion. A lo largo de los siglos, numerosos terremotos conmovieron las frágiles costas de Alejandría y arrasaron con comunidades enteras.
Las historias de las ciudades perdidas como Herakleion, Canopus y Menouthis sólo sobrevivieron mediante mitos, antiguas crónicas griegas de viajes y los cuentos de los pescadores pasados de boca en boca.
En los últimos tiempos, la tecnología moderna, como los sistemas de posicionamiento global, y los grandes presupuestos de varias fundaciones han arrojado más luz sobre los misterios.
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, Nacion.com Fuente: agencias.