El último jefe del Estado y del Partido Comunista (SED) de la antigua Alemania Oriental, Egon Krenz, ingresó en
prisión preventiva tras ser condenado ayer a seis años y medio de cárcel por las muertes de ciudadanos que intentaban huir por el Muro de Berlín.
El juez Josef Hoch decretó que Krenz, quien se encontraba en libertad provisional y fue declarado culpable de homicidio por las muertes de cuatro casos de alemanes orientales que intentaban cruzar el Muro de Berlín, fuera detenido por existir peligro de fuga.
Los dos colaboradores de Krenz y dirigentes del Politburó de la extinta Alemania Oriental, Guenter Schabowski, de 67 años, y Guenther Kleiber, de 65, fueron condenados en el mismo proceso a tres años de cárcel cada uno, por las mismas causas.
Sin embargo, Kleiber y Schabowski podrán permanecer en libertad hasta que la sentencia esté en firme.
A una celda
Krenz, de 60 años, quien fue uno de los artífices de la apertura del Muro, derribado en 1989, y del tratado germano de reunificación pasó desde la sala del tribunal a una celda de la adyacente prisión del barrio berlinés de Moabit.
El juez, al fundamentar la sentencia, destacó que los tres inculpados no actuaron, en lo referente a la orden de disparar contra los fugitivos en la frontera interalemana, por intereses personales sino por "un malentendido interés de Estado".
"El 'Politburó' era responsable de la seguridad en la frontera. A los guardias se les enseñó que los prófugos eran enemigos de la paz y traidores del este de Alemania, que debían ser eliminados", dijo Hoch.
Se les inculcó "que la inviolabilidad de la frontera tenía prioridad sobre la vida humana", añadió el juez, quien aseguró que era una ilusión creer que se podía dejar zanjado el pasado a través de la aplicación de la ley criminal.
De acuerdo con Hoch, las autoridades del este alemán, plenamente conscientes de que más de dos millones de personas habían huido del país entre 1949 y 1961, construyeron el Muro haciéndolo cada vez más difícil de cruzar.
La detención de Krenz fue seguida con gritos de indignación por una gran parte del público asistente, y el exjefe de Estado afirmó que no estaba dispuesto a doblegarse a la justicia de los vencedores.
Tanto los abogados defensores, que solicitaron la absolución de sus clientes, como el fiscal, que había exigido11 años de prisión para Krenz, anunciaron que apelarán la sentencia.