"No quiero que aparezcan en todos los medios de comunicación", se defendió Laurent ante las reacciones negativas de la prensa, la opinión pública y del primer ministro, Guy Verhofstadt, quien le había pedido que no las vendiera.
Las fotos fueron tomadas por una agencia, pero el procedimiento normal requiere que después sean distribuidas gratis a los medios de comunicación nacionales a través de la Agencia de Noticias Belga.
Caras. La agencia de fotos se encargó de venderlas, pero se niega a comunicar a quién y a qué precio, aunque admitió que solo fueron presentadas a las revistas semanales y no a los diarios.
Es la primera vez que las fotos de unos descendientes de la Familia Real son vendidas, lo que "está en contra de las tradiciones de la Casa Real", aseguró el secretario nacional de la Federación Belga de Periodistas, Pol Deltour, al diario De Standaard . "Esa práctica fomenta el periodismo sensacionalista y los fotógrafos irán cada vez más en busca de imágenes clandestinas de las figuras públicas", advirtió.
El pasado sábado, el príncipe le dio la exclusiva a la cadena de francófona RTL, que solo podía usar las imágenes en su programa de realeza y que no podía pasarlas a ningún medio, lo que provocó el descontento del resto de la prensa belga.
El redactor jefe del programa de realeza de la cadena flamenca VTM expresó su indignación y dijo que "si Laurent gana dinero con sus hijos, qué vaya también a trabajar y que le quiten entonces la dotación" a la que todos los miembros de la Familia Real tienen derecho.