Moscú, 24 jun (EFE).- La reedición del primer Corán impreso del mundo, de 1803, fue presentada hoy en Kazán, capital de la república musulmana rusa de Tatarstán, en un acto previo a la conmemoración en agosto próximo del milenio de esa antigua ciudad.
La reedición de esa reliquia, conocida bajo el nombre de "Kazán Basmasy" (Edición de Kazán), se llevó a cabo a iniciativa del alcalde de la capital tártara, Kamil Isjákov, después de que viera el original en los archivos de la Universidad Estatal de la ciudad.
De hecho, la primera edición impresa del Corán vio la luz en San Petersburgo en el siglo XVIII por orden de la emperatriz rusa Catalina II, pero aquella versión no fue reconocida en el mundo musulmán por haber sido compuesta en un lugar no islámico.
A petición de los musulmanes tártaros, la imprenta de San Petersburgo fue trasladada a Kazán, donde recibió el nombre de Imprenta Asiática, la primera del mundo islámico, según la agencia rusa Interfax.
Fue en esa Imprenta Asiática donde en 1803 fue editado el Corán "Kazán Basmasy", que sirvió de original para muchas otras ediciones cuya tirada para finales del siglo XIX había alcanzado los 150.000 ejemplares.
"Ese Corán es una de las principales reliquias de nuestra ciudad, junto al Gorro de Kazán (la corona de los kan tártaros guardada en la Cámara de Armas del Kremlin de Moscú) y el Icono de la Virgen de Kazán (cuya copia oficial devolvió a Rusia el difunto Papa Juan Pablo II)", declaró en el acto de presentación el edil de la urbe.
Si bien "Kazán Basmasy" de 1803 había sido editada en dos tomos, la reedición se hizo en un solo libro y en apenas cinco ejemplares, lo que hace inapreciable su valor bibliográfico.
El primer ejemplar fue regalado al presidente tártaro, Mintimer Shaimíev, y otros tres al secretario general de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), Ekmeleddin Ihsanoglu, al ministro ruso de Desarrollo Regional, Alexandr Yakovlev, y al director del Centro de historia, arte y cultura islámicos (IRSIKA), Halit Eren.
El quinto y último ejemplar de la reedición limitada del libro sagrado de los musulmanes fue entregado al departamento de libros antiguos de la Universidad Estatal de Kazán, donde será guardado junto al original de 1803.
En otro acto previo a la conmemoración del milenio de la fundación de Kazán, hoy mismo en la capital tártara, situada a orillas del río Volga, fue inaugurada la reconstruida mezquita de Kul Sharif, que medios rusos consideran la mayor de Europa.
Al menos 1.200 musulmanes de toda Rusia y de otros países asistieron este viernes a la primera oración en esa mezquita, reconstruida durante varios años dentro del recinto del "kremlin" (alcázar) de Kazán, donde se congregaron otros 3.000 creyentes.
Ese lugar de culto, donde en su tiempo eran entronizados los kan tártaros, fue destruido en 1552, cuando la ciudad fue tomada por las tropas rusas del zar Iván el Terrible, y lleva el nombre del antiguo líder espiritual del kanato que murió en aquel asalto.
La altura de los cuatro minaretes de esa joya arquitectónica supera los 57 metros y la superficie de la mezquita es de 2.000 metros cuadrados, mientras la de todo el recinto se aproxima a las dos hectáreas, según el canal de televisión ruso NTV.
Kul Sharif, a la que Irán donó las alfombras que cubren sus suelos, será no sólo un lugar de culto, sino también un centro científico y cultural, pues albergará un museo de la historia del islám, otro de antiguos manuscritos y una biblioteca.
Con una extensión de 68.000 kilómetros cuadrados y 3,7 millones de habitantes, Tatarstán alberga a algunas de las comunidades musulmanas más importantes de Rusia, que han visto en la última década florecer el islám con nuevas mezquitas y escuelas coránicas.
Los datos oficiales señalan que más de la mitad de esa población es musulmana, aunque sólo el 23 por ciento de los tártaros de Rusia viven dentro de los límites de esa república regada por el Volga.
Los tártaros y sus vecinos bashkirios constituyen la comunidad musulmana más septentrional del mundo. EFE
si/jam