Las tradicionales tarjetas de presentación no tardarán en convertirse en piezas de coleccionistas, así que guarde las suyas. La era digital se impone, y la cartulina le cede el campo a discos compactos.
Empresarios de Estados Unidos y Europa ya tienen con ellos el CD-ROM de bolsillo, que sin excesivas modificaciones de tamaño, incorpora en multimedios toda la información acerca de una compañía o un profesional.
Este avance, como lo explica Rafael Azofeifa, presidente de Nóvaq Internet, aún está lejos de llegar a nuestro país, pero ofrece las ventajas de ver más allá del simple cartón.
Quizá dentro de 5 ó 10 años podremos contar con dicha tecnología, pero antes necesitamos los equipos para construir las tarjetas.
Sin embargo, ciertas empresas ya dan este paso en nuestro país, como Cybernet.
Lo que se intenta con estos discos es presentarnos el panorama de una empresa o persona mediante movimientos y sonidos.
Lo que sí están realizando varias personas en nuestro país como lo sostuvo el ingeniero en sistemas Fernando Gólcher es "escanear" las tradicionales tarjetas de presentación y guardarlas en una cinta magnética.
Convencional y futurista
Estas nuevas tarjetas mantienen, por lo general, una dimensión similar a las de cartulina, y se incluyen todos los datos identificativos del titular en el anverso. Pretenden ser un instrumento que permite acompañar el texto de imágenes, animaciones, audio y video.
La capacidad normal de la mayoría de estas tarjetas es de 40 ó 50 megas, en otras palabras, pueden contener nueve minutos de video, 45 de audio, 370 fotografías ó 19.000 páginas de texto.
Entre las empresas que las fabrican encontramos la Duplicd (España) y la Flexdiscs (Estados Unidos).
"CDCard es una nueva herramienta de mercadeo que ofrece posibilidades ilimitadas para suministrar información multimedial a los consumidores y potenciales clientes. A pesar de su pequeño tamaño, puede albergar una presentación de una empresa, el lanzamiento de un producto determinado o documentación para convenciones", explicó José Antonio Pérez, director general de Duplic.
Una vez con el equipo necesario para leerlas, estas tarjetas no resultan caras; al menos en España, en un pedido de 500, cada una cuesta el equivalente de ¢35.
¿De qué manera se lee la información grabada en la tarjeta? En cualquier computadora o equipo de música que tenga bandeja para colocar el CD-ROM.
Además, para que no existan problemas, estas tarjetas se han construido para que sean compatibles tanto para PC como para Macintosh.