Los boyeros son un símbolo de la actividad comercial que favoreció a Costa Rica en la primera mitad del siglo XIX: en sus carretas ellos acarreaban el café y otras mercancías desde San José hasta el puerto de Puntarenas.
El tiempo ha pasado; pero, así como antes se les veía pasar en caravana, hoy desfilarán por las calles escazuceñas para demostrar que su figura permanece viva.
Desde San Carlos, Aserrí, Heredia, Puriscal, Upala, Desamparados y otras partes del país, decenas de yuntas acudirán a la celebración del Día Nacional del Boyero.
Para anticipar la fiesta, el pueblo se levantará a las 5 a. m. con el sonido tradicional de la diana y de las atronadoras bombetas.
Mientras tanto, cada participante recibirá una alforja, un sombrero, un pañuelo y una almuercera con arroz, frijoles y carne en salsa.
A las 9 a. m., una vez equipados con estos elementos típicos, los boyeros iniciarán su recorrido de dos kilómetros: del Parque de Escazú, a la antigua plaza de futbol de San Antonio.
Idiosincrasia
La idea de destinar un día a estos personajes surgió con la festividad de San Isidro Labrador, fecha en que los campesinos de San Antonio presentaban en el templo católico sus herramientas de labranza y una gran cantidad de productos cosechados por ellos.
A partir de esa experiencia, el Comité Cívico Cultural de Escazú estableció en 1983 el Día Nacional del Boyero, que se celebra el segundo domingo de marzo.
"Es un evento de gran importancia porque aquí se rescatan valores tradicionales que son parte de nuestra identidad. Nos recuerdan la ardua labor del campesino", afirma Francisco Mejía, presidente de la Asociación del Rescate de Tradiciones del Boyero.
Cada año, más costarricenses acuden para disfrutar esta manifestación cultural que empieza a celebrarse desde la víspera: las mascaradas, una cimarrona y una concurrida cabalgata anunciaron ayer que se acercaba el gran día.
Hoy, niños vestidos con trajes típicos acompañarán a las yuntas en su trayecto.
Mientras llegan a San Antonio, el público podrá deleitarse con comidas típicas y con bailes folclóricos a cargo del grupo Orgullosamente Ticos. A las 10 a. m. se ofrecerá una misa y, luego, la agrupación Tiquicia lanzará su música al aire.
Cuando por fin la plaza se vista con el color de las flores que adornarán las carretas, el sacerdote oficiará un tedéum en homenaje a los boyeros.
Luego de otra misión cumplida, estos regresarán a sus pueblos con su carreta, sus bueyes, y con su sencilla imagen cargada de historia y autenticidad.