Orgulloso de sus raíces cubanas, el cineasta español Manuel Gutiérrez Aragón dijo a EFE que siempre quiso rodar un filme sobre Cuba, hasta que junto a Senel Paz escribió Cosas que dejé en La Habana, una agria reflexión sobre los emigrantes, "auténticos esclavos del siglo XX".
La película, que se llevó la Espiga de Plata en el pasado Festival de Valladolid, se estrenará en España el 16 de enero.
Gutiérrez Aragón había escrito un guión sobre los últimos días de la independencia cubana, pero luego descartó el proyecto, hasta que se encontró con un dato escalofriante: en los años 20 y 30 más de un millón de españoles emigraron a Cuba; por tanto las relaciones de parentesco abundan hoy en España.
Gutiérrez Aragón ha elegido para narrar esta trama la historia de tres hermanas que vienen a España a vivir con su tía en lo que parece un acto de amor y liberación.
Pero pronto aparecen los problemas. La tía busca en sus sobrinas unas empleadas baratas, a una le ha adjudicado un novio homosexual de conveniencia y las tres van dándose cuenta de que la vida bonita que venían a vivir a España es en realidad una lucha contra la penuria.
El cineasta ha puesto especial hincapié en que cada actor representara el papel de su propia nacionalidad; así, la tía es encarnada por Daisy Granados y las hermanas son Rosa (Isabel Santos), Ludmila (Brosalinda Hernández) y Nena (Violeta Rodríguez).
Completa el reparto Igor (Jorge Perugorría) un buscavidas que se dedica a facilitar pasaportes falsos a sus paisanos y darle de vez en cuando una alegría a una española para tener techo y comida, y de quien se enamora una de las jóvenes.
Añadió que "en Cuba existen excelentes actores, como se ve en la película, pero para encarnar a Nena necesitaba una actriz de estudio, ya que tenía que realizar escenas de teatro. Fue muy complicado, hicimos castings en La Habana, Miami y Nueva York. Al final la descubrimos, es la hija del cantante Silvio Rodríguez y debuta aquí en el cine".
Senel Paz elaboró el trabajo de campo investigando en "La Habana madrileña", un pequeño y céntrico barrio. De ahí extrajo experiencias y personajes para la película, que Gutiérrez Aragón considera "muy testimonial".