¿Cómo se logró que unos pollitos corrieran tras una bola de playa? ¿Cómo fue posible que los pollitos surfearan? ¿Cuántos pollitos se usaron en la filmación de ese comercial?

Seguramente usted tendrá estas y otras preguntas del famoso anuncio de televisión del Instituto Nacional de Seguros en el que sale un montón de pollitos que se divierten en la playa. Pues bien, a continuación atendemos esas dudas y damos otros detalles sobre el curioso anuncio.
Actores amarillos
Muchos críticos de cine afirman que, por lo general, la sagas no resultan, en la mayoría de los casos, mejores que las películas que les dieron origen. Quizá esto se pueda aplicar también a los anuncios.
¿Recuerda que a principios del año pasado salió un anuncio del Instituto Nacional de Seguros (INS) que advertía a los conductores del regreso a clases de los niños?
Esta fue la primera vez que se utilizaron los ahora famosos pollitos. El anuncio fue tan exitoso, que para el período de vacaciones, los funcionarios del INS y los productores del comercial, la agencia de publicidad Garnier/BBDO, decidieron utilizar el mismo concepto.
Sin embargo, dado el éxito del primero, el segundo debía ser mucho mejor, lo que implicaba un gran reto.
"Teníamos que divertir más con los pollitos; en el primero, el impacto fueron ellos, así que en el segundo tenían que actuar", afirmó María Nella Hernández, creadora de la campaña.
Con este propósito alquilaron 2.500 pollitos de una granja y los llevaron al Club Punta Leona, en Puntarenas, donde se filmó el comercial.
"Todos tenían un día de nacidos porque a partir del segundo día empiezan a sacar plumas y pierden su ternura", agregó Hernández.
El equipo de filmación, la gente de Garnier/BBDO y de Banana Films, la productora, estaban muy preocupados porque alguno de los pollitos podría morir por el calor.
Para darles protección y chinearlos como a cualquier otro actor, llevaron abanicos, toldos, sombrillas y hasta dos personas de la granja para atenderlos todo el día.
María Jordá, la paciente directora, manifestó que "sabíamos más o menos ante lo que reaccionaban", así que esta vez no fue tan difícil hacerlos que actuaran como niños; "de ser tiernos, pasaron a tener carácter, a tener identidad", agregó.
A punta de ruidos
Durante la filmación del primer comercial, los productores descubrieron que los pollitos responden a ciertos ruidos graves, de esta forma se logró que corrieran en una dirección o en otra.
"La toma donde vemos el atardecer, una bola rodando por la playa y después un montón de pollitos siguiéndola hacia el mar se rodó tirando la bola y llamando a los pollitos con un ruido en esa dirección, pero no se crea que los pollitos tocaron el agua, antes de que se mojaran, se corta el sonido y arranca otro en otra dirección y, como por arte de magia, cambiaron de rumbo y no se mojaron ni un poquitico", expresó María Nella.
De igual forma, en la toma de la tabla de surf, un técnico la sostenía y cuando la ola terminaba de romper la movía de manera que pareciera que los pollitos estaban surfeando.
María Jordá recordó que durante la filmación había muchos turistas tomando fotos, quienes se identificaron tanto con los amarillos actores, que cuando terminaba cada toma y había que recogerlos, ayudaban en esa labor.
El comercial, que dura 30 segundos, se rodó de 8 a.m. hasta el anochecer y se utilizaron 5.600 pies de película.
Según la directora, "no fue fácil coordinar los movimientos de los pollitos y los de la cámara y la del brazo mecánico de ocho metros"; sin embargo, al final todo salió según lo planeado.
Para este comercial, el coordinador de casting, Víctor Barriga, tuvo que conseguir gran cantidad de artículos diminutos, como una bola de futbol, una tienda de campaña, patines y hasta un flotador, la mayoría de ellos provenientes de los accesorios de las Barbies.
Tanto el INS como los creadores y productores están muy satisfechos con ambos anuncios, y por eso el 1º de febrero saldrá al aire la tercera versión. Habrá que esperar y ver qué harán los pollitos esta vez.