Para el nuevo vicecanciller de la República, Marco Vinicio Vargas Pereira, la base de cualquier relación diplomática se sostiene en una palabra: prudencia.
Prudencia para saber cómo sacar del "atascadero" la más difícil de las negociaciones y hasta para distribuir a los jefes de Estado en la mesa de un almuerzo donde pueden "amarrarse" o perderse muchos acuerdos.
Vargas es desde hace 28 años funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores y su sólida carrera diplomática le valió la designación como Viceministro de esa cartera asumió el cargo este lunes y dejó su puesto como Director General de Protocolo.
Este alajuelense asegura tener el bueno humor de su tierra natal, más no la costumbre de colocar apodos.
Esa habilidad para "condimentar" la más seria de las conversaciones la puso en práctica, este jueves en la entrevista que sostuvo con Viva .
¿Por qué se interesó en la diplomacia?
Siempre me gustó el área de letras y, cuando salí del colegio, la Universidad Nacional recién abría la carrera de Relaciones Internacionales y me matriculé.
"Solo estuve dos años pero en ese tiempo conseguí un puesto en el Ministerio de Relaciones Exteriores y me dieron la oportunidad de viajar a Brasil para formarme en el Instituto Diplomático de Río Branco, en Brasilia, uno de los centros más prestigiosos de América Latina".
¿Un trabajo donde es fundamental el protocolo mata el buen humor?
No, para nada. De hecho la gente dice que tengo muy buen sentido del humor.
"El humor es importante porque ayuda a aliviar muchas situaciones difíciles y yo creo que una persona con buen humor tiene ganada más de la mitad de su carrera".
¿A cuáles presidentes que han visitado el país recuerda con esa misma filosofía?
Jorge Batlle, el presidente de Uruguay; Andrés Pastrana, exmandatario de Colombia, y los reyes de España, Juan Carlos y Sofía.
¿A quiénes más recibió como Director de Protocolo (su anterior puesto)?
A muchos, entre ellos, el Papa Juan Pablo II, los Reyes de España (en sus dos visitas) y el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan.
¿Cómo se hace con un presidente, como don Abel Pacheco, que practica el "protocolo de Matina"?
Sí, el señor Presidente tiene esa expresión.
"Bueno, él cumple a cabalidad todas las normas de las ceremonias, pero cuando pasa ese momento es mucho más distendido y conversa, hace bromas. A don Abel le gusta que los visitantes se sientan acogidos".
Y ahora que cambia de puesto ¿cuáles son sus principales expectativas?
Quiero ayudar a consolidar la carrera diplomática y quiero dar mi aporte, claro que también deberé atender muchos otros temas que son parte de un cargo en la política exterior.
¿Qué cosas quedan detrás del telón dentro del trabajo diplomático?
La gente cree que el diplomático es gente bien vestida que se sienta a conversar mientras toma champaña. Por supuesto que la buena presentación es parte de nuestro trabajo, pero el diplomático hace posible acuerdos y relaciones que benefician en muchos campos al país.
¿Cuándo llega la hora de romper el protocolo?
Cuando descanso. Me gusta leer, ahora mismo tengo un libro sobre la historia de Hawaii cuando era una monarquía, antes de que entrara a formar parte de los Estados Unidos.
"También camino entre semana, una hora, acompañado de mi perra, Federica, de cariño le digo Fica".
¿Cuál es su refugio?
Hace un año vivo en una casa pequeña, pero cómoda, que levanté en Ciudad Cariari carretera a Alajuela.
¿Algo que nunca podrá faltar en su vida?
Las ganas de vivir, de vivir plenamente.v