Ese líquido precioso, que fluye libre cada vez que alguien abre la llave del tubo, parece eterno. Sin embargo, lo cierto es que el agua potable se agota poco a poco y deja en su lugar un rastro de incertidumbre.
Según los expertos, se acerca un momento en el cual el agua de lluvia ya no alcanzará para irrigar las plantaciones, enfriar los motores de la industria, beber y bañarse.
"El uso de agua en todo el planeta se multiplicó por seis desde 1900, pero el suministro mundial no aumentó", indicó Sandra Postel, directora del Proyecto de Políticas Mundiales de Agua, de Estados Unidos.
Ante esa realidad, expertos en salud y ambiente han instado a los gobiernos del mundo a atender el impacto de la alta densidad de población y la escasez de agua potable sobre la propagación de enfermedades.
''Los riesgos de contagio de enfermedades son mayores en los lugares donde el agua es escasa y la población crece en forma acelerada'', indicó Robert Engelman, director del Programa de Población y Ambiente de Acción Popular Internacional, en Washington.
La advertencia se produjo tras la publicación de un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el cual las enfermedades infecciosas como la malaria, el sida, la diarrea y la tuberculosis son la causa principal de muerte de niños y jóvenes.
Más del 20 por ciento de las infecciones mortales se transmiten a través del agua.
Agravantes
El agua sirve como vehículo para la bacteria del cólera y muchas otras, señaló Mary Wilson, profesora asistente de la Facultad de Medicina y Salud Pública de Harvard, Estados Unidos.
''La escasez de agua dulce, la acumulación de personas y la precariedad de los sistemas sanitarios pueden causar un aumento de las infecciones transmisibles por el agua'', explicó Wilson, que habló sobre este asunto con los parlamentarios de Estados Unidos.
El incremento de la urbanización en todo el mundo hizo que aumentara la demanda de agua, cañerías y sistemas de desage, que fueron diseñados cuando las poblaciones eran más reducidas.
La concentración de personas en zonas urbanas, sobre todo en megaciudades como Ciudad de México, Shangai y San Pablo, causan aún más presión sobre estos envejecidos sistemas de tratamiento de aguas servidas.
''La capacidad de los sistemas de purificación de agua de los países en desarrollo suele ser menor que la demanda de agua potable, y la consecuencia es que el agua no es buena y el suministro es intermitente'', señaló Timothy Ford, también de Harvard.
Problema universal
Las regiones que causan mayor inquietud son Medio Oriente, Asia occidental, Africa septentrional, oriental y austral, y partes del Caribe.
Se calcula que en las cuencas de los ríos Nilo, Jordán, Tigris, Eufrates, Ganges y en el Mar de Aral, la población aumentará entre 45 y 78 por ciento para el año 2025. Sin embargo, en ninguna de ellas existe un tratado que determine la mejor manera de distribuir el agua entre todos los países.
Las poblaciones pueden sacar agua ''fósil'' de las reservas subterráneas, pero nunca se recuperarán a la velocidad del consumo humano, señaló Engelman. ''Esa agua sólo sirve una vez, y deja a las sociedades superpobladas desprovistas para la escasez que sobrevendrá cuando el agua no renovable haya desaparecido o sea demasiado caro extraerla de la tierra'', explicó.
Comunidades enteras de ciertas regiones de Bangladesh y de India se van envenando de a poco con arsénico porque el nivel del agua bajó tanto que el elemento químico, que se encuentra naturalmente en los suelos, contaminó lo que aún queda de agua subterránea.
Los países industrializados no ignoran estos problemas. Muchas ciudades del oeste de Estados Unidos están cavando pozos de agua a una velocidad insostenible, con lo cual reducen el caudal del río Colorado.
''La escasez de agua es mayor cuando se utiliza de manera menos eficaz y cuando los gobiernos y otras instituciones no son capaces de administrar el recurso de manera justa'', sostuvo Engelman.
Esta situación exige cambios fundamentales en el modo de utilizar el agua, indicó Postel. ''Como sociedad global que somos, debemos encontrar la manera de duplicar nuestra producción de agua, u obtener el doble de beneficio por cada litro'', exhortó.