Hace ya 25 años que Ana Rojas cambió las verdísimas montañas de Acosta por el frío cemento de San José; sin embargo, sus raíces permanecen en aquella tierra y por ello escribió la novela Delirio de mil amores .
Ubicada en el pueblo de Chirraca, en el cantón acosteño, esta obra retrata la lucha de los josefinos que emigraron a las montañas en el siglo XIX para fundar nuevas poblaciones donde sus familias tuviesen más posibilidades de progresar.
"El libro rinde culto a la memoria de esas personas que se enfrentaron a tierras inhóspitas con el dolor de abandonar el sitio donde vivían, pero también con la ilusión de iniciar una vida nueva", afirma la autora, quien estudió periodismo en la Universidad de Costa Rica y obtuvo en Suiza una maestría en estudios para el desarrollo.
La nostalgia, las narraciones de sus padres y las vivencias propias son la materia prima que inspiró a Rojas para escribir un texto repleto de imágenes, diálogos pintorescos y poesía.
"Mi mamá es tataranieta de uno de los fundadores y por eso sabe muchísimo sobre la historia del pueblo. Además, desde que yo era niña mi papá me hacía narraciones muy ricas sobre el pueblo, llenas de colorido y fantasía", explica.
Al aporte de sus progenitores se sumó el carácter inquisitivo de la periodista, quien siempre fue muy curiosa y se fijó en cada detalle del paisaje que la rodeaba. Por eso, en su libro adquieren protagonismo los objetos más comunes en el campo, como los canastos, los taburetes, los "chorreadores" de café, y todos aquellos que estuvieron presentes en su infancia.
Rojas es la mayor de 10 hermanos y, según cuenta, desde que tenía 17 años escribe poemas. También ha realizado publicaciones sobre diversos temas y escribió las memorias de la Orquesta Sinfónica Juvenil.
A sus 47 años, esta escritora nunca ha dejado de visitar su pueblo natal, pues allí habita la mayor parte de su familia y, por supuesto, una parte muy importante de su propia vida.