Madrid. El próximo jueves, el escritor Arturo Pérez-Reverte leerá su discurso de ingreso en la Real Academia Española (RAE) para ocupar el sillón de la letra T.
El autor de La reina del sur ha elegido como tema de su alocución el habla de germanía en el siglo XVII, que hoy día es el equivalente a lo que se denomina golfaray , es decir, el lenguaje de los delincuentes y de las cárceles.
Sin embargo, Pérez Reverte lo plasmará en forma novelada. A partir de la vida cotidiana de un soldado veterano de Flandes que malvive alquilando su espada, desgranará los diferentes nombres y giros lingüísticos de las personas, las cosas y los acontecimientos, algunos de los cuales han llegado hasta la actualidad.
A continuación una breve entrevista con el autor español.
¿Por qué cree que ha entrado en la Academia? ¿Qué pudo ser más determinante, los millones de libros vendidos o las veintiocho lenguas a las que han sido traducidas sus novelas?
Todo eso ha influido, especialmente los Alatriste y la novela americana. Desde luego que no he entrado por mi trayectoria académica.
"Me gustaría destacar, sin que esto signifique establecer grupos entre sus miembros, que en la academia hay dos categorías, una es el grupo de los sabios, la gente imprescindible, los lingüistas, filólogos, y lexicógrafos, y luego está la fiel infantería, los prescindibles, entre los que me cuento, que aportamos el contacto con la realidad. Yo llego con mis lectores y mis novelas, pero soy prescindible. Siempre he sabido cuál era mi lugar.
¿Por qué eligió ese tema para su discurso?
Yo cuento historias y voy con lo que soy. No me ha cambiado ni el éxito de mis novelas ni haber sido elegido académico.
"El lenguaje del siglo XVII lo he trabajo muchísimo por mis novelas de Alatriste, tengo incluso mi propia biblioteca. El habla de germanía, esa lengua paralela, funciona todavía, mientras que el habla de la gente honorable se reduce cada día más. La manera de hablar de los delincuentes en las cárceles, lo que algunos llamamos golfaray , es de una gran riqueza expresiva y muestra la contundencia expresiva que tiene una jerga, creo que podría haber escrito mi discurso sobre eso, lo conozco bien. Me gustó la idea de que Alatriste entrara en la academia.
¿Serán compatibles su trabajo de escritor y sus viajes con la disciplina de la RAE?
Cumpliré con todas mis obligaciones pero soy lo que soy, y sé lo que voy a seguir siendo. Si acepté estar en la academia fue porque no perturbaba mi vida. Si me impidiera escribir, leer o navegar no habría aceptado. Es un honor estar ahí y estoy muy orgulloso, pero nunca hubiera vendido mi alma por entrar.