VUELTAS Y MÁS VUELTAS. Como si se tratara de un desatornillador que nunca termina de enroscar su tornillo, como un susto continuo alimentado por golpes eléctricos. Sí. De esa manera siente uno el argumento de la película Básico y letal (2003), que llega ahora a la pantalla dirigida por el experimentado John McTiernan.
El filme no quiere ser tan liviano como palomita de maíz y busca el escozor del alcohol en una herida. Por eso, sucede en las carnes mismas del ejército de los Estados Unidos, para señalarlo como un cuerpo donde también anidan la violencia, la corrupción, el fetichismo militar, el tráfico de influencias y la homosexualidad vergonzante.
El canal de Panamá es el sitio donde ese ejército acuña desigualdades, maltratos y tráfico de drogas. La trama se mete en un laberinto bastante confuso de reacciones humanas en cadena, lo hace en Fort Clayton, base del ejército estadounidense, precisamente el Día de los Muertos: un 2 de noviembre.
El huracán Beth azota la selva, lo que no impide que el oficial West (Samuel L. Jackson), quien tiraniza a los jóvenes soldados a su cargo, ordene una misión de entrenamiento en medio del vendaval, en lo profundo del verde oscuro de la selva y con balas de verdad (cuando deberían ser de fogueo). O sea: la crueldad asoma.
Los jóvenes soldados comienzan a desaparecer y a morir, incluso se habla de que se matan entre ellos. Algo extraordinariamente malo sucede. La teniente Julia Osborne (Connie Nielsen) debe averiguarlo con algunos soldados sobrevivientes, pero el silencio y el misterio la confunden en la maraña de acontecimientos.
Es cuando convocan a un exsoldado para que la ayude. Se trata de Hardy (John Travolta), quien tiene que hacer gala de todos los recursos posibles para llegar a la verdad, pero esta se enreda y se enreda, tanto que uno no sabe si la película se confunde más de la cuenta, o uno es el confundido como espectador ante la sinuosidad de la trama.
Como en una caja de males, salta la corrupción de un ejército ocupante de selvas ajenas. Eso sucede en el ambiente inhóspito de una naturaleza golpeada por tormentas y huracanes. No hay duda: el director McTiernan sabe manejar muy bien la correspondencia existente del medio natural con la conducta humana.
Las revelaciones se dan a golpe de tambor, como zapateado de conejo. Son tan inesperadas y explicativas que uno siente que no hacía falta tanto enredo argumental para eso, sobre todo cuando la historia se narra desde diferentes puntos de vista (como lo hizo el japonés Kurosawa en su inolvidable Rashomon, en 1951).
En tanto, los actores han brindado un trabajo sustancial, sobre todo Connie Nielsen. Se trata de un buen filme que pudo ser mejor, que recomendamos como si fuera un rompecabezas por armar.
Cómo, dónde, cuándo...:
Básico y letal se exhibe en San Pedro, Cariari, Liberia, Internacional, San Carlos, Cinépolis, Cinemark (Este y Oeste).
Entrada: De ¢1.200 a ¢1.500, según la sala. Con precio especial para pensionados.
Horario: Funciones regulares.
Inicio: Mañana, viernes.