Alguna vez a don Pedro París le preguntaron qué le hubiera gustado ser, de no haber sido todo lo que era. No dudó: “Periodista deportivo”.
Tal vez solo eso le faltó a una personalidad repleta de matices: microbiólogo, profesor de inglés en el Colegio Seminario, dirigente deportivo, erudito en los grandes deportes profesionales, comentarista, el “papá de María del Milagro”, comentarista...
Lo anterior queda incompleto si no se menciona su amor acérrimo por su alma mater –Lousiana State University–, su pasión por los Tigres de Detroit y su devoción –si bien la expresión se queda muy corta– por el Club Sport Cartaginés.
Aficionado de radio en mano y asiento fijo en el Fello Meza, el doctor París era una definición muy exacta de lo que significa fidelidad al club brumoso.
Por eso, ayer, en su funeral, la representación de la Vieja Metrópoli fue numerosa: jugadores, el técnico Juan Luis Hernández, directivos lo acompañaron.
Pedro Manuel París Segares falleció ayer a los 80 años de edad, víctima, al parecer de un infarto.
De acuerdo con su hijo, Fernando París Coronado, expresidente del Cartaginés, don Pedro se sintió mal durante la madrugada de ayer.
“Sus últimas palabras fueron: ‘Doctor, apúrese que a las 8 (de la mañana) tengo que abrir el consultorio’”, recordó París Coronado, –hermano de María del Milagro, Pedro y Eugenia– al dirigirse a la nutrida concurrencia que llegó a presentar sus respetos a su padre.
La exnadadora María del Milagro París Coronado, una de las grandes deportistas del siglo XX en Costa Rica, no pudo asistir pues se encuentra en Japón por razones de su trabajo.
Esas palabras revelan otra faceta de don Pedro: un trabajador de toda la vida, que aún tenía abierto su consultorio, en el Paseo Colón, en las inmediaciones del Hospital Nacional de Niños.
Las honras fúnebres se realizaron durante la tarde de ayer en la iglesia don Bosco y su cuerpo reposa en Jardines del Recuerdo.