Ciudad del Vaticano. El Papa Juan Pablo II salió hoy en defensa de los 33 misioneros extranjeros mártires en China, que ayer proclamó santos junto a otros 87 chinos, al afirmar que algunos sólo ven en sus acciones "límites y errores" y que si éstos se produjeron, la Iglesia pide "perdón".
"No falta quien, con lecturas históricas parciales y no objetivas, sólo ve en sus acciones misioneras límites y errores. Si se hubiesen producido -¿Es que el hombre no está exento de defectos?- pedimos perdón. Pero hoy les contemplamos en la gloria y damos gracias a Dios. Ellos anunciaron con su vida la Palabra que salva y adoptaron medidas de promoción humana", afirmó el Papa en el Vaticano.
Estas manifestaciones las hizo el Papa durante la audiencia que concedió hoy a los peregrinos de varias partes del mundo que ayer acudieron al Vaticano a la canonización de 123 beatos, entre ellos 120 mártires en China y las monjas Santa María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra, Josefina Bakhita y Catherine Drexel.
Juan Pablo II reiteró que la Iglesia con las canonizaciones de los mártires -entre ellos había seis misioneros españoles- "no ha querido dar un juicio histórico sobre esos periodos, ni mucho menos legitimar comportamientos de gobiernos de esas épocas que pesaron sobre la historia del pueblo chino".
"Con las canonizaciones se ha querido sacar a la luz la heroica fidelidad de estos dignos hijos de la Iglesia, que no se dejaron atemorizar por las amenazas de una feroz persecución", agregó el Pontífice.
El Obispo de Roma ya dijo ayer en la ceremonia de canonización que será la historia la que juzgue las complejas épocas vividas en China y que la Iglesia lo único que ha pretendido es "reconocer que son un ejemplo de coraje y de coherencia para todos y que honran al pueblo chino".
De esa manera indirecta, Juan Pablo II respondió a las acusaciones hechas los pasados días por las autoridades comunistas de Pekín, que acusaron a los ya hoy santos de "traidores a la patria" y afirmaron que el Vaticano ha querido "humillar" al pueblo chino.
Los 120 santos -37 mujeres y 87 hombres- son 87 mártires chinos (sacerdotes, seminaristas y hombres y mujeres laicos que ejercieron como catequistas, y niños) y 33 misioneros extranjeros, nacidos en España, Francia, Bélgica y Holanda.
Fueron ejecutados en un arco de tiempo que va desde 1648 al 1930. Ninguno pertenece a la época del comunismo, actualmente en el poder.
De entre todos los mártires el Vaticano eligió como cabeza al sacerdote chino Agustín Zhao Rong.
Los mártires españoles, todos religiosos dominicos, fueron el sacerdote Francisco Fernández de Capillas (1607-1648), los obispos Pedro Sans i Llordas (1680-1747) y Francisco Serrano (1695-1748) y los sacerdotes Joaquín Royo (1691-1748), Juan Alcober (1694-1748) y Francisco Díaz (1713-1748).
Fernández de Capillas está considerado el "primer mártir de China".
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, La Nación Digital. Fuente: agencias.