Dos hombres y una mujer se reúnen a tomar el té. Como ocurre con harta frecuencia entre los seres humanos, las voces salen de las gargantas, pero no conversamos; oímos sin comprender (a veces sin que nos importe) lo que nos dicen.
Algo así ocurre en No me interrumpan, estoy guardando silencio . Los participantes hablan sin escucharse. Lo que charlan son cosas sin sentido, tonterías o paradojas; por ejemplo: "adiós... salúdese de mi parte."
En la conversación se intercalan sonidos con la boca, al mismo tiempo, como si fueran máquinas perfectamente sincronizadas, en una especie de alegoría mecanicista.
La representación es un concierto de frases y sonidos de noventa minutos. Para expresarlo mejor: un "puro rap" cuando los comensales hablan.
El autor realiza juegos con los sentidos que, por sí mismos, son un placer. Estos se disfrutan más gracias a la puesta de Birgitta Linde, que nos presenta hoy y mañana como parte del Festival Internacional de las Artes en el Teatro 1887.
Así veremos al hombre vestido con ropa de cuero, el percusionista, utilizar a sus compañeros de mesa como si fueran instrumentos humanos de percusión.
El autor y la directora
El autor de la pieza es el ruso Vladimir Kazakov. Poeta del absurdo, un representante de la "nueva vanguardia", si se nos permite el término. Kazakov murió joven, apenas a los 50 años. Desdichadamente, nunca tuvo la oportunidad de presentar ninguna de sus representaciones en su tierra natal. En Alemania es un autor desconocido; sin embargo, Birgitta Linde Inszeniereungen lo saca del ostracismo. La directora Linde monta diferentes piezas de Kazakov.
Por su parte, Birgitta Linde es una directora que ha ganado grandes experiencias del cabaret. Se interesa en el idioma no solo como medio de transporte de pensamientos y sentimientos, sino más bien como material.
El lenguaje es para Linde material de comunicación y es la manera como se hace entender. Birgitta Linde y la obra No me interrumpan, estoy guardando silencio se presenta hoy y mañana en el Teatro 1887 a las 8 de la noche, a un costo de ¢1.500.