Archivo

Padre Pío de Pietrelcina

EscucharEscuchar

En mayo de 1999, el Papa Juan Pablo II beatificó a este monje franciscano que por 50 años presentó estigmas, heridas sangrantes en las manos, pies y costados similares a las sufridas por Jesucristo cuando fue crucificado. Los médicos que en el transcurso de los años estudiaron el caso fueron incapaces de explicar por qué de las heridas del Padre Pío brotó sangre durante medio siglo, y por qué se cerraron y no dejaron cicatrices después de su fallecimiento.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.