Bogotá (AP). En un nuevo golpe contra uno de los clanes políticos más prominentes del país, las autoridades ordenaron la captura de Álvaro Araujo Noguera, un antiguo ministro y padre de la excanciller María Consuelo Araujo, por el secuestro de un rival de su hijo en las elecciones del 2002, informó el viernes la Fiscalía.
Llevamos tres días buscándolo, dijo a la AP un vocero de la Fiscalía que pidió no ser identificado para cumplir con políticas internas. Araujo Noguera, de 74 años, fue senador hasta 1990 y tuvo el cargo de ministro de Agricultura en la década de los años 70.
La fuente reseñó que no tienen indicios sobre su paradero y que por la gravedad de las acusaciones que pesan en su contra, Araujo Noguera debe ser capturado para que rinda indagatoria. Las autoridades estudian ahora mismo la posibilidad de que ha huido a Venezuela.
En 1990 Araujo Noguera fue destituido de su puesto en el Senado por contrataciones públicas ilegales que favorecieron una radio local bajo su control. Desde entonces es considerado el poder tras los bastidores en el departamento del Cesar, en el norte del país.
Hace dos semanas fue encarcelado su hijo, el senador Álvaro Araujo Castro, acusado del mismo delito y también por supuestamente tener nexos con grupos paramilitares. Su detención hace dos semanas desencadenó la renuncia de su hermana, la canciller María Consuelo Araujo, quien está casada con un fotógrafo de AP.
Los Araujo son originarios de una zona que fue dominada por el cabecilla paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40. Un computador que pertenecía a uno de sus lugartenientes fue la pista clave en las investigaciones de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y la Fiscalía sobre las supuestas alianzas entre congresistas y esos escuadrones de extrema derecha.
Además de ser padre del senador y de la ex canciller, Araujo es tío del gobernador del Cesar y cuñado del Procurador General de la Nación.
La Fiscalía acusa a padre e hijo de participar en el secuestro de Víctor Ochoa, miembro de otro clan político del Cesar, quien estuvo cautivo 80 días cuando intentaba promocionar una candidata al Senado que habría rivalizado con Alvaro Araujo Castro en las elecciones del 2002.
Según declaraciones de Ochoa, su secuestro fue producto de un pacto entre los paramilitares y los Araujo para fortalecer el poderío electoral de sus rivales en la región.
El expediente de la CSJ sobre las indagatorias de Araujo Castro concluyó que la vinculación del congresista con los paramilitares indica que se benefició de su apoyo, lo que implicó su compromiso con el proyecto paramilitar encaminado a obtener que esa organización armada ilegal consiguiera el control de la dirigencia local, Regina y nacional.
El escándalo de la parapolítica que sacude el país supuso la detención de ocho congresistas, todos miembros de partidos de la coalición que apoya al presidente Alvaro Uribe.
Los paramilitares surgieron en la década de los años 80 con el apoyo de hacendados que querían defenderse de las guerrillas izquierdistas, pero se dedicaron al narcotráfico y cometieron graves abusos contra civiles.
Las investigaciones de varios analistas también indican que los paramilitares coparon el poder en los gobiernos del norte del país.
Un proceso de paz emprendido por Uribe desde el 2003 permitió la desmovilización de más de 31.000 combatientes de esas organizaciones.