"Y volver, volver, vooolveer a tus brazos otra vez... " "Una piedra en el camino me enseñó que mi destino era rodar y rodar..."
Las letras anteriores amenizaron ayer no el ambiente de la plaza Garibaldi, en la capital de México, sino el tope josefino en el que unos 1.500 jinetes costarricenses cabalgaron desde la Purdy Motor, en el Paseo Colón, hasta la Plaza González Víquez.

En efecto, fueron las canciones de Jorge Negrete, Javier Solís, Vicente Fernández y Los Tigres del Norte, entre otros compositores e intérpretes aztecas, las que dominaron de principio a fin ese festejo popular que estaba programado para dar inicio a las 12 mediodía, pero que arrancó con una hora de retraso.
Fue por eso que las millares de personas que observaron el desfile de 1.500 caballos criollos, anduleces, iberos y apaluces, así como de un toro cebú y un búfalo llamado Varón, escucharon solo rancheras, corridos y piezas tex-mex; estas procedían de equipos de sonido de discomóviles y de las gargantas de varios charros que lucían la indumentaria respectiva de pies a cabeza.
"Aquí de autóctono no hay nada. A mí me hubiera gustado oír Caballito Nicoyano, algo de Mario Chacón y Héctor Zúñiga o algunas de las canciones mías como A San Carlos y A mi tierra", manifestó el sancarleño Alexis Vargas, quien se identificó como compositor nacional".
Consultado sobre ese asunto, el charro Alonso Bolaños, quien cantó a lo largo del tope sobre un caballo criollo, respondió: "El tope procede de las culturas españolas y mexicanas, por lo tanto no calza escuchar la Patriótica Costarricense, La Guaria Morada o Caña Dulce".
"Yo diría que sí calza la música costarricense. Si el tope es una fiesta nacional debería haber canciones nacionales como Luna Liberiana, aunque también mexicanas que son muy alegres", opinó Carmen Coto, de Alajuela.
Amplia seguridad
No obstante, la música mexicana no fue lo único que destacó durante la fiesta de los jinetes y los caballos. También fue notoria la actividad que desplegaron diversos cuerpos de seguridad.
Solo para que usted se dé una idea: en el tope trabajaron 50 policías municipales, además de muchos otros miembros de la Guardia Civil, entre ellos 33 efectivos de la policía montada; 35 oficiales de Tránsito y 128 socorristas de la Cruz Roja Costarricense. Esta atendió a los espectadores en 18 unidades de atención prehospitalaria.
En uno de esos puestos, el cruzrojista Juan Jesús Soto informó de que solo habían atendido a tres personas: dos adultos por cansancio y un pequeño que fue enviado al Hospital Nacional de Niños pues tenía convulsiones.
Tales autoridades velaron por la seguridad de una nutrida cantidad de individuos que siguieron el tope desde balcones y terrazas de casas y edificios, muros y aceras. Muchas de estas personas llegaron equipadas con comidas y bebidas que portaron en hieleras.
A propósito de bebidas, al igual que el año pasado la cerveza fue la "bebida oficial" de la actividad, tanto para los caballistas como para el público. También llamaron la atención la modernidad de muchos jinetes que agregaron al atuendo vaquero anteojos Ray Ban y teléfonos celulares.
También fue notoria la poca presencia de reconocidas figuras públicas. Algunas de las que particiaron fueron Johnny Araya, ejecutivo municipal de San José y a quien estaba dedicado el desfile; el diputado Humberto Fuentes; el exministro de Transportes, Guillermo Madriz, y el ministro de Turismo, Carlos Roesch. Este montó una yegüa llamada Borengue. "Significa bolero arriba y merengue abajo", explicó.
Sin embargo, ayer no hubo bolero ni merengue; solo rancheras, corridos y tex-mex.