La Sala Garbo sigue con su noble afán de recuperar cine de valioso interés cultural. Tal es el caso de la película El aroma de la papaya verde, de 1993, producción franco-vietnamita dirigida por el realizador vietnamita Tran Anh Jung, nacido en My-Tho, quien se formó como cineasta en la Escuela Louis Lumière de París, entre 1985 y 1987.
El aroma de la papaya verde es el tercer filme de Tran Anh Jung. Se trata de una historia que asume como referencia el símbolo de la papaya. El propio director así lo explica: "La papaya es una fruta cuando está madura, porque cuando está verde se le considera una verdura".
Agrega: "Es por eso que la papaya se siembra en Vietnam detrás de la cocina de la casa, en la huerta, entre las verduras; así, la papaya verde se le sirve a los hombres en la mesa ya lista para comer; pero es recogida, lavada, pelada y preparada por las mujeres".
De ahí el significado de la papaya verde, el director lo termina de explicar: "Es por eso por lo que la papaya verde, en el mundo de gestos y actitudes, evoca inmediatamente el trabajo cotidiano de la mujer". Así es la película: cuenta una historia llena de amor sobre la mujer vietnamita, sobre su universo cotidiano, y lo hace con ajustado criterio plástico: lo pictórico como eje.
Así, tenemos un paseo placentero por la tensión de los sentidos y también por el discurrir de los sentimientos. Para esto, se narra la historia de Mui en dos etapas: primera, en el Saigón de 1951, cuando Mui es una niña que llega a una familia venida a menos (antaño pudiente) para trabajar como sirvienta; segunda, cuando Mui se convierte en hermosa joven y debe ir a trabajar como criada de un amigo de sus antiguos amos, de quien ella se había enamorado silenciosamente.
Mientras -de manera tangencial- se sugiere el Vietnam agredido por la dureza del colonialismo (el toque de queda y el sonido de los aviones), tenemos un sutil, pausado y lírico relato de amor descrito con delicadeza artística, con intimismo en las actuaciones y con fotografía que acaricia objetos y personajes.