EE.UU . Se necesita algo más que valentía y determinación para dirigir un elenco de primeras figuras masculinas, como Harrison Ford y Liam Neeson, en un claustrofóbico submarino; pero, para la cineasta Kathryn Bigelow, su nueva película, K-19: The Widowmaker ( El hacedor de viudas ) fue una de las aventuras más excitantes de su carrera.
"Me gusta correr riesgos", dijo la directora, quien en el pasado estuvo casada con el cineasta Cameron Crowe, famoso por sus películas cargadas de acción, como la serie Terminator, protagonizada por Arnold Schwarzenegger.
A pesar de sus 20 años de experiencia, en el negocio cinematográfico, Bigelow se juega su carrera con este costoso film. Ford cobró $25 millones de dólares por su actuación.
En la cinta, que será estrenada a fines de julio en los Estados Unidos, Ford interpreta al comandante de un submarino nuclear ruso durante la Guerra Fría, que recibe órdenes de realizar patrullas en el mar.
Sin embargo, problemas mecánicos surgen en el submarino, que no sólo ponen en peligro las vidas de todos sus tripulantes, sino que también podrían ocasionar el inicio de una guerra nuclear entre Washongton y Moscú.
El comandante ruso debe elegir entre obedecer las órdenes del Kremlin o salvar las vidas de sus hombres.
Problemas bajo el mar
Bigelow, de 50 años y amante de los deportes de alto riesgo, se especializa en películas con temas "masculinos", cargos de acción y normalmente con finales en los que la muerte es la única salida.
Algunos de sus trabajos incluyen The Loveless, con Willem Dafoe, y Punto de quiebra, protagonizada por Patrick Swayze y Keanu Reeves. Incluso en sus películas románticas Blue Steel , con Jamie Lee Curtis, por ejemplo, el final está relacionado con la muerte.
"Me gusta la intensidad. El cine es un género que ofrece una gran oportunidad para explorar los extremos de las cosas", indicó la cineasta.
La pregunta que todos se hacen es cómo una mujer llegó a estar a cargo de una de las películas más costosas de la actual temporada cinematográfica, con estrellas de la talla de Ford. La respuesta es simple.
"Tenía un contrato con una productora llamada Working Title y decidí comenzar a trabajar sobre la historia del submarino con ellos", afirmó la directora.
La trama de K-19 está basada en un episodio verídico, ocurrido en 1961. La directora se había enterado del incidente durante una entrevista con los editores de la revista National Geographic . Esta última concluyó siendo uno de los productores del filme.
La historia representa uno de los capítulos oscuros de la Guerra Fría. Cuando fue descubierta la falla en uno de los reactores del submarino ruso, era obvio que el reactor estallaría en pocas horas, ocasionando una explosión nuclear de 1,4 megatones. Una respuesta estadounidense hubiese llevado a una guerra atómica.
Los tripulantes rusos sabían que se enfrentaban a la muerte, aún así, ocho de ellos decidieron ingresar a la cámara de radiación para activar el sistema de enfriamiento. Estas personas murieron, pero sus muertes salvaron al resto del mundo.
Héroes pese a todo
Bigelow se sintió atraída a la trama de inmediato. "Fue uno de esos momentos en los que uno se da cuenta de que el proyecto puede resultar sumamente interesante. Los rusos siempre han sido retratados como los malos, pero estos hombres son en realidad héroes", dijo.
La cineasta siempre ha tenido una tendencia hacia los personajes de "chicos malos" -motociclistas en The Loveless, ladrones enmascarados en Punto de quiebra-.
En K-19 , sus tripulantes no sólo son odiados por los estadounidenses, sino que también son considerados parias por sus mismos compatriotas.
"Para los rusos, este episodio fue vergonzoso y no querían que se diera a conocer. En un complejo militar-industrial, cuando sucede un accidente, es debido a que los humanos fallan, y no debido a la tecnología desarrollada por el Estado", agregó la cineasta.
La directora viajó a Rusia para investigar más sobre el incidente y conversar con los sobrevivientes y sus familiares. "Mi mayor reto fue desarrollar la historia como un filme dramático y no como un documental", dijo.
El elemento clave de la cinta es el conflicto entre los dos oficiales: Ford y Neeson. El rol del capitán Vostrikov es un punto de partida para Ford. "Este papel no es el del protagonista típico. Su personalidad es seca y nada simpática, algo difícil de aceptar por la audiencia", concluyó Bigelow.