Durante 50 minutos, todos hablan y se mueven con el convencimiento de que el amor no es una cosa fácil. Sobre el escenario del teatro, cuatro bailarines de Danza Universitaria y dos actrices invitadas serán los encargados de interpretar las historias y los momentos que giran en torno a un discurso que se niega a ser vencido.
Dulce y Amargo II es el estreno de la compañía universitaria, que se presentará a partir de esta noche y hasta el 30 de noviembre en el Teatro Montes de Oca, frente a la Biblioteca Carlos Monge Alfaro, en San Pedro.
Según Rogelio López, director de la compañía, es incuestionable la vigencia de un tema que nos toca a todos: "He investigado el discurso amoroso de los seres humanos a través de la danza y sé que nuestra socialización depende en gran parte de cómo resolvás ese discurso. Como hay tantas preguntas sin respuesta, seguirá siendo un tema constante y permanente en mi producción".
Continuación de un espec- táculo del mismo nombre, Dulce y Amargo II corresponde a una misma inquietud temática, donde un nuevo personaje asume el protagonismo: el recuerdo.
Elemento fundamental del desamor, el recuerdo define el límite entre la nostalgia o la resignación. De este modo, las sentencias del escritor Alfonso Chase que se han incorporado al espectáculo, tomadas de su libro Los juegos furtivos, le añaden una filosa punta al escenario: "Todo hubiera sido perfecto si no existieran los recuerdos".
Bienvenida dualidad
Las dos actrices invitadas son estudiantes avanzadas de la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica (UCR): Gretel Quesada y Gretel Rodríguez reflejan dos actitudes opuestas frente a los escombros del pasado. Mientras tanto, los bailarines Gustavo Hernández, Minor Gutiérrez, Luis Piedra y Carolina Valenzuela, son el contrapunto de una historia donde el teatro y la danza se dan la mano, por primera vez en esta compañía artística.
Dulce y Amargo II es una producción de Danza Universitaria y la Dirección de Extensión Cultural de la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR. Las funciones serán de viernes a domingo, a las 8 p. m. El precio general de las entradas es de ¢1.000 y para estudiantes, ¢500.
En su última temporada del año, Danza Universitaria nos deja colgados a las imágenes de un discurso interminable, porque, como añade Rogelio López, hablando de amor y desamor no alcanzan las palabras.