El Archivo Nacional estadounidense expondrá este noviembre, en coincidencia con el estreno de la película Anna and the King, la historia de una institutriz occidental en la corte del rey de Tailandia Mongkut, la carta que, ofreciendo regalarle parejas de elefantes, aquel monarca mandó en 1861 al entonces presidente, James Buchanan.
Con Jodie Foster en el papel estelar, el filme es una nueva versión del musical clásico El rey y yo, protagonizada en 1965 por Yul Brynner y Deborah Kerr, considerado ofensivo y prohibido en Tailandia. Basado en el libro Anna y el rey de Siam, relata la historia real de Anna Leonowens, contratada por Mongkut para que enseñara inglés a sus hijos.
La nueva película fue rodada en Malasia después de que Tailandia expresara su desacuerdo porque el filme mostraba al rey como un loco, lo mismo que pensaron muchos tailandeses de la versión original.
La Oficina Nacional de Cine tailandesa exigó al estudio 20th Century Fox que modificara el nuevo guión si querían filmar en su país ya que, según ellos, contenía errores sobre la etiqueta real en el XIX.
Aprovechando esta situación creada por la película, el Archivo Nacional expondrá del 18 al 30 de noviembre la peculiar carta escrita por el rey de Siam a Buchanan hace 138 años.
El monarca afirma en ella que no entiende por qué Estados Unidos carece de elefantes y propone remediarlo enviando parejas de paquidermos para que puedan "perderse en los bosques y crecer hasta convertirse en grandes manadas", según un comunicado del Archivo.
Mongkut insistió en que los estadounidenses se darían cuenta de que los paquidermos son especialemente útiles, ya que, como "son animales de gran tamaño y fuerza, pueden llevar carga y viajar por espesos bosques y enmarañadas selvas donde no hay construida ninguna calzada para carruajes y carretas".
A pesar de la generosa oferta que transmitía la carta, que estuvo acompañada por un espada ceremonial y un retrato del rey Mongkut con uno de su hijos, el sucesor de Buchanan, Abraham Lincoln, declinó el ofrecimiento. Explicó al monarca que el territorio y el clima de Estados Unidos no "favorecían la multiplicación del elefante".