Johannesburgo, 26 jul (EFE).- El Rey Mswati III de Suazilandia firmó hoy una nueva constitución para ese pequeño reino de Africa meridional, que conserva los amplios poderes del monarca y sigue prohibiendo los partidos políticos, informó la televisión nacional sudafricana.
Mswati rubricó el documento, cuyo borrador llevó ocho años para ser completado, en una ceremonia celebrada en los jardines del palacio de su madre, a las afueras de la capital del reino, y a la que asistieron unos 5.000 invitados.
"Que esta nueva constitución sea un elemento de unión para todos los suazis. En el pasado firmé solo las leyes del país, pero ahora creo que toda la nación debe participar en este hito histórico", dijo Mswati, que ha gobernado hasta ahora por decreto.
Suazilandia, la última monarquía absolutista de Africa, no ha tenido una constitución de tipo occidental desde que el padre de Mswati, el fallecido Rey Sobhuza II, abolió la Carta Magna del país hace 32 años.
Mswati sólo accedió a rubricar la Carta Magna después de que el Parlamento enmendara las cláusulas del borrador referidas a la religión y los impuestos a la familia real.
El Rey había solicitado a los legisladores que reconsideraran la cláusula mediante la cual se reconocía al cristianismo como la única religión reconocida en Suazilandia y se preveía que el monarca y sus familiares pagaran contribuciones al fisco.
Ambas directivas fueron anuladas en la versión final del documento.
Una comisión de las iglesias católica, anglicana y otras denominaciones protestantes ha denunciado la nueva constitución suazi debido a que fue compaginada al amparo de "leyes represivas" que no permitieron que grupos de la sociedad civil hicieran sus contribuciones a la ley fundamental del país.
La nueva constitución prohíbe, por otra parte, la intervención de los tribunales en aquellos casos en que se desafíen la institución de la monarquía y las costumbres y prácticas tradicionales suazis.
Si bien la Carta Magna garantiza la libertad de expresión, asamblea y religión, también le otorga al rey el derecho de veto en cualquier asunto que él considere negativo para los intereses del reino.
Mswati III, de 37 años, subió al trono cuando tenía 18 y, apoyado por una enorme corte de tradicionalistas y familiares que se benefician del sistema, ha continuado con la idea de su padre de establecer una democracia sin partidos que siga las tradiciones africanas y se ha negado sistemáticamente a introducir reformas democráticas en el reino. EFE
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