Jessie Arbogast, cuyo brazo fue cercenado por el animal y reimplantado el viernes, continúa grave pero estable, en un estado parecido al de coma en el Hospital Infantil Sacred Heart.
Si bien los doctores habían dicho que muy probablemente sufriría daño cerebral, este miércoles ocurrió un indicio, pequeño pero esperanzador, según el médico Jack Tyson, uno de los primeros médicos que lo trataron.
Las enfermeras informaron que Jessie ``aparentemente trató de abrir sus ojos... y que incluso pudo verlas cuando conversaban'', dijo Tyson a la televisora NBC.
``Es un detalle, pero es mejor que nada'', agregó.
Los médicos no están seguros de qué tanto puede entender Jessie, si es que lo hace, aunque dicen que su cerebro no ha sufrido inflamación, lo que sería potencialmente fatal, y que parece no empeorar.
El brazo derecho de Jessie fue arrancado por un tiburón de 2,10 metros el viernes, cuando el niño nadaba en la Playa Nacional de Gulf Islands, en Fort Pickens.
El tío del niño y otra persona forcejearon con el tiburón hasta llevarlo a la orilla, donde un policía le disparó y con ayuda de un bombero abrieron las mandíbulas del animal y recuperaron el brazo.
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, Nacion.com
Fuente: agencias.