La convención del Partido Liberación Nacional (PLN) no se vistió ayer con los tradicionales colores verde y blanco de su bandera, sino con un triste tono gris muy similar al de las nubes de temporal que cubrieron el cielo.
Centros de votación casi desolados. Pocos signos externos en las calles. Afluencia a cuentagotas de electores.

Este es, en resumen, el descolorido ambiente que palparon cuatro equipos periodísticos de La Nación durante una visita realizada a diversas localidades de San José, Heredia, Cartago, Alajuela, Limón, Puntarenas y Guanacaste.
A lo largo del país, los dirigentes corralistas y cotistas achacaron a varios factores la discreta participación en las votaciones del PLN. Las únicas excepciones a la regla fueron, al parecer, los cantones de Paraíso y Turrialba.
Por otra parte, llamó la atención el hecho de que en varias comunidades de Limón las tendencias decidieron, pese a la rivalidad política que las dividía, compartir el almuerzo y hasta el transporte.
No se había presentado, al cierre de edición, ningún incidente de gravedad. A continuación un reporte por sector:
Valle Central: "Más mal que bien"
De nada valieron megáfonos, música de discomóvil, bocinas ni las porras de unos cuantos entusiastas. La convención del PLN apenas si despertó el entusiasmo de los pobladores de las cuatro provincias del Valle Central intermontano.
"¿Qué cómo nos está yendo?... Más mal que bien", aseguró Jessenia Ugalde Soto, fiscal del corralismo de San Pedro de Barva, Heredia.
Otros sostuvieron que la ausencia de filas en los centros de votación se debía a la celebración del Día de Corpus Christi, al partido de futbol de la Selección de Costa Rica y a la ausencia de transporte masivo para los electores.
Incluso los guías josefinos, tanto de Corrales como de Coto, se contagiaron del sombrío ambiente. Algunos optaron, al no tener nada mejor que hacer, por sentarse en las cunetas a esperar hasta que apareciera algún votante.
Este fue un cuadro muy común en Hatillo, Coronado, Goicoechea y Moravia. Allí, la mayoría de colaboradores tuvo que refugiarse bajo manteados o amarrarse sus camisetas a la cabeza cuando la lluvia hizo su aparición.
La afluencia de votantes a las urnas resultó ser mejor en Turrialba y Paraíso, cantones natales de los dos precandidatos.
En Turrialba, cuna de Wálter Coto, se registró un buen movimiento durante las horas de la mañana. De hecho, a la 1 p.m., se reportó que ya habían ido a votar 510 personas en la escuela Genaro Bonilla Aguilar.
Mientras tanto en Paraíso, tierra de José Miguel Corrales, había a las 11 a.m. una participación tan buena que algunos dirigentes locales se atrevieron a compararla con la de las anteriores elecciones presidenciales.
Limón: Almuerzo para todos
La apatía no solo reinó ayer en el Valle Central. En Limón también hubo una escasa afluencia de sufragantes aunque, a diferencia de otras partes del país, el espíritu de solidaridad abundó entre los miembros de ambas tendencias.
Así lo palpó un equipo periodístico de La Nación que visitó ayer --en horas de la mañana y principios de la tarde-- algunos centros de votación en las localidades de puerto Limón, Matina, y Guápiles de Pococí.
En términos generales no se vieron "piquetes", ni signos de violencia física o verbal. Más bien, imperó la hermandad.
"Hemos trabajado en forma armónica y solidaria; e, incluso, comimos del mismo plato", expresó emocionado Johnny Vargas Arrieta, colaborador del corralismo en el centro de votación de la escuela de Guápiles.
A tal punto llegó la colaboración que en la mayoría de los lugares visitados se comprobó que los corralistas transportaron en sus vehículos a militantes del cotismo que se dirigían hacia las urnas electorales.
"La cooperación ha sido mutua (...) Muchos votantes del grupo opositor --seguidores de Wálter Coto-- han utilizado nuestros carros para venir a votar", afirmó Olman Ruiz Leiva, encargado del sector de transportes.
Estas muestras de apoyo recíproco no ocultaron, sin embargo, la escasa asistencia de sufragantes.
Pese a ello, llamó la atención el grado de entusiasmo que mostraron algunos guías de la comunidad de Guácimo, quienes contagiados del sabor caribeño, se mostraron atentos a subsanar cualquier duda de los votantes.
Pacífico: Frío en las urnas
En la zona del Pacífico Central, el calor usual contrastó con el frío arranque y desarrollo de la convención del PLN. Los votantes acudieron a cuentagotas al llamado de la dirigencia de Liberia y Puntarenas.
La escuela Ascensión Esquivel, de Liberia, no recibió el primer sufragante hasta 20 minutos después de iniciada la votación, a las 7 a.m. En la escuela de Guardia, de ese mismo cantón guanacasteco, a las 8 a.m., no se había presentado ningún elector.
"Va despacio". "No calienta". "Hay poco entusiasmo ahora en la mañana y se va a poner peor; no ve que luego viene el partido (entre Costa Rica y Canadá)". Estas eran las expresiones que más se escuchaban entre ambas tendencias.
Y lo cierto es que la respuesta de los pobladores fue muy fría. Como muestra un botón: a la escuela Fray Casiano de Madrid, en la barriada puntarenense del mismo nombre, a las 10:30 a.m. se habían presentado 18 votantes.
Mientras tanto, en la escuela de El Carmen de Puntarenas un equipo de sonido, ubicado al costado sur, era la única evidencia de actividad electoral.
Tanto en Puntarenas como en Guanacaste fue notorio el predominio corralista en las calles.
Por otro lado, en San Ramón, Alajuela, en la escuela Jorge Washington se apreció más movimiento en horas de la mañana.
Esto se debió, en gran medida, a los piquetes y al estruendo de dos potentes equipos de sonido que empleaban los grupos de Marita López y Juven Cambronero, ambos postulantes a diputados, para medir fuerzas.