Miami (EEUU), 9 may (EFE).- El narcotraficante colombiano Alejandro Bernal Madrigal testificó hoy que se reunió una decena de veces con Fabio Ochoa, antiguo líder del cartel de Medellín, para discutir operaciones relacionadas con el tráfico de drogas.
Bernal, quien es el testigo estelar de la Fiscalía Federal de EEUU, dijo en su segundo día de testimonio que las reuniones se efectuaron entre 1998 y 1999, antes de que ambos fueron arrestados en el marco de la llamada "Operación Milenio".
Ochoa es juzgado en un tribunal de Miami por presunta conspiración para distribuir cocaína e intento de contrabando a través de una red que, según los fiscales, introdujo unas 30 toneladas de esa droga al mes en EEUU, entre 1997 y 1999.
El testimonio de Bernal, que se declaró culpable de narcotráfico y llegó a un acuerdo para testificar contra Ochoa a cambio de una reducción de condena, coincide con las acusaciones de la fiscalía de que el ex cabecilla del cartel de Medellín regresó al tráfico de drogas tras cumplir una condena.
Durante la vista, el jurado integrado en su mayoría por afroamericanos escuchó grabaciones de una reunión realizada en 1999, y vio un vídeo en el que se muestra a Ochoa, en 1998, fuera del edificio donde Bernal tenía su oficina.
En la audiencia del jueves, Bernal aseguró que para pagar una deuda que tenía con Ochoa usó, a pedido de éste, los beneficios obtenidos a través de la red de narcotráfico que dirigía.
Según el testigo, Ochoa le pidió que pagara su deuda poco a poco y que "lo invitara en una cosita, no necesariamente en grandes cantidades de cocaína" y que, por esa razón, lo registró como beneficiario de 100 kilos, que luego fueron incautados en EEUU, y otros 50 enviados a México.
"Le dije a Fabio (Ochoa) que iba a continuar adelante y a trabajar con él para pagarle el dinero que le debía y el sabía perfectamente lo que yo estaba haciendo para pagar mi deuda", dijo Bernal al juez federal Michael Moore a través de un intérprete.
Al relatar el contexto de sus relaciones con Ochoa, Bernal declaró que se había iniciado en el narcotráfico con "los Ochoa" en 1983 y, dijo, fue el creador de una alianza entre ellos y el mexicano Amado Carrillo, "El señor de los cielos".
A la muerte de Carrillo en 1997, a causa de una cirugía plástica mal realizada, Bernal continuó como enlace de ambos carteles, a los que cobraba una comisión por mediación.
Bernal afirmó que sus obligaciones con Ochoa, a quien describió como un amigo, se originaron por la pérdida de nueve toneladas de cocaína incautadas por las autoridades estadounidenses en Texas, lo que le originó una deuda de 4,8 millones de dólares con su proveedor colombiano Nicholas Bergonzoli, hoy informante del Gobierno de EEUU.
Ochoa pagó a Bergonzoli 2,8 millones de dólares de esa deuda y pasó a ser el acreedor de Bernal, quien le ofreció devolverle el dinero con las ganancias de futuros negocios de cocaína, según testificó.
La fiscalía afirmó que la confiscación de la droga en Texas fue posible gracias a grabaciones encubiertas realizadas por la policía colombiana durante reuniones en la oficina de Bernal en Bogotá, en las que habría participado Ochoa.
Ochoa ha dicho que estuvo en esa oficina, donde "se hablaba de todo" pero que no participó en ninguna actividad relacionada con el narcotráfico.
Roy Black, abogado de Ochoa, dijo que los fiscales están usando la historia previa de Ochoa (como narcotraficante confeso que cumplió una condena de seis años en Colombia) y los testimonios poco creíbles de narcotraficantes para condenar a su cliente.
Agregó que las declaraciones de Bernal suenan "evidentemente como una excusa para lograr un acuerdo".
Según Black, la fiscalía tiene "un caso extremadamente débil".
Ochoa, quien ha negado enfáticamente todas las acusaciones, podría afrontar una condena de entre 20 años y cadena perpetua si es declarado culpable. EFE
so/cer/mls/jma