Inés Jiménez Salazar es un buen ejemplo de los beneficios que se derivan del ejercicio físico y los hábitos de vida saludables.
No en vano, ella ha sido campeona nacional de físico-culturismo durante los últimos tres años y, además, ha cosechado importantes logros con este deporte en el ámbito internacional.
Inés comenzó a practicar ejercicios aeróbicos a los 25 años. Antes de eso, se podría decir que fue una auténtica sedentaria.
Fue su esposo, el médico Eduardo Huertas, quien la motivó a realizar a actividad física y, desde entonces, esta se convirtió en parte integral de su vida.
Sin embargo, ella reconoce haberse iniciado tarde en la práctica del físico-culturismo pues no fue sino hasta cumplidos los 32 años (ahora tiene 36), que comenzó a trabajar con pesas y a moldear su cuerpo.
Un viraje positivo
La práctica de este deporte trajo importantes cambios en el estilo de vida de Inés: dejó el cigarrillo, modificó sus hábitos alimentarios y se ajustó los horarios de sueño.
La rutina de entrenamiento de Inés le consume actualmente dos horas diarias de pesas y entre cuatro y seis horas de bicicleta los fines de semana.
El resultado en su cuerpo es notorio, tanto, que ganó en su primera participación oficial en el Campeonato Nacional en el 2001; logro que repitió en los torneos 2002 y 2003.
Posteriormente, salió por la puerta grande del Campeonato Centroamericano de físico-culturismo, el año pasado, en Honduras, y ese mismo año obtuvo el cuarto lugar en las justas iberoamericanas en Perú.
Fue en esa competencia internacional, y luego de aceptar el consejo de uno de los jueces de la competencia, que Inés reorientó sus esfuerzos hacia una disciplina pariente del físico-culturismo llamada Figura o body fitness .
“Yo veía a esas mujeres tan grandes y masculinizadas que mejor cambié de idea”, comenta Inés sobre su incorporación en este nuevo deporte.
Ella explica que el cambio no es tanto en lo que respecta a la preparación y la alimentación, pero sí en que, con Figura, se busca un look atlético, pero netamente femenino.
“La idea es que te veas linda, tallada, que se te vean los músculos, pero sin perder tu femineidad”, afirma.
En esta disciplina, Inés ya obtuvo sus primeros trofeos. Ganó un importante torneo en el suroeste de los Estados Unidos y en Costa Rica ostenta el segundo lugar nacional.
Inés –quien también es auxiliar de enfermería– pide a los medios de comunicación más apoyo en la divulgación de este deporte.
“Sería bonito que nos prestaran más atención”, comenta.