Madrid, 1 sep (EFE).- Una afección respiratoria puso fin hoy a la vida de Ramón Serrano Súñer, figura clave de la reciente historia de España que con 101 años era el único protagonista de la guerra civil que seguía vivo y último testigo de la reunión de Franco y Hitler.
Nacido en la ciudad mediterránea de Cartagena en 1901, se licenció en Derecho y tras obtener el puesto de abogado del Estado conoció a finales de los años 20 en Zaragoza al entonces director de la academia militar de esa ciudad, el general Francisco Franco, así como a la cuñada de éste, Zita Polo, con quien estuvo casado setenta años.
Tras la proclamación de la Segunda República y el destierro del rey Alfonso XIII en 1931, Serrano Súñer fue elegido parlamentario por la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).
La insurrección de Franco contra el gobierno y el consiguiente estallido de la guerra civil, en 1936, sorprendió a Serrano Súñer en Madrid, donde fue encarcelado extrajudicialmente.
Al comienzo de la guerra, las milicias de izquierda asesinaron a sus dos hermanos, José y Fernando, amargura que le acompañaría el resto de su vida, mientras que él se salvó gracias a un dirigente socialista que logró su traslado a un hospital, de donde se evadió en 1937.
Desde entonces y durante más de cinco años se convirtió en uno de los más estrechos colaboradores de Franco, condición que le valió el apodo de "el Cuñadísimo".
El 31 de enero de 1938, un año antes del final de la guerra, fue nombrado ministro de la Gobernación en el primer gobierno formado por el general Franco, cargo que simultaneó con el de secretario del gabinete.
A finales de 1938 convocó a banqueros, industriales y dueños de periódicos para invitarles a participar en la creación de la agencia de noticias EFE, fundación a la que en 1950 uniría la de otro medio informativo, Radio Intercontinental.
El 16 de octubre de 1940 asumió la cartera de Asuntos Exteriores, días antes de la histórica entrevista entre Franco y el jerarca nazi Adolf Hitler en la estación de ferrocarril de Hendaya (en la frontera de Francia con España) para negociar el apoyo de España a Alemania en la guerra mundial entonces en curso.
Según Serrano Súñer fue él quien poco después le dijo en persona a Hitler que la difícil situación económica de España tras la guerra civil le hacía imposible participar en el nuevo conflicto.
En 1942 fue destituido como ministro, después de la crisis política generada por un enfrentamiento físico entre tendencias derechistas rivales, en el cual hubo varios heridos.
Desde entonces y hasta su muerte, Serrano Súñer se mantuvo apartado de la política activa y centrado en el ejercicio de la abogacía y su labor al frente de Radio Intercontinental, entre otras actividades empresariales.
En 1947 publicó la autobiografía política "Desde Hendaya a Gibraltar", mutilada por la censura y que sólo se publicó completa, al igual que sus "Memorias", tras la restauración de la democracia después de la muerte de Franco, en 1975.
En 1987 fue nombrado doctor "honoris causa" por la Academia Mexicana de Derecho Internacional y la Universidad Politécnica de Madrid le otorgó su medalla de oro en abril de 1988. EFE
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