Denver (EEUU), 7 abr (EFE).- Tres monjas que ingresaron en un silo de misiles para manifestar su oposición a la guerra en Irak, fueron declaradas hoy culpables de sabotaje y destrucción de propiedad ajena, se informó oficialmente.
"No somos culpables bajo la ley de Dios y la ley internacional", dijo al jurado una de las religiosas, Carolyn Gilbert, al darse a conocer el veredicto.
Otra de las monjas, quien como las otras dos vestía un uniforme carcelario de color naranja, hizo el signo de la cruz al jurado, integrado por seis hombres y seis mujeres.
Las religiosas podrían ser condenadas a un máximo de 30 años de prisión y al pago de multas de hasta 250.000 dólares.
Las tres ingresaron en octubre de 2002 en el silo de misiles Minuteman III situado cerca de la localidad de Greeley, Colorado, después de que el presidente de EEUU, George W. Bush, advirtiera de que Irak debía despojarse de sus armas de destrucción masiva o resignarse a una intervención militar.
Al iniciarse el juicio la semana pasada, una de las acusadas aseguró que al ingresar en el silo su objetivo había sido acatar un llamamiento del presidente Bush para destruir armas de destrucción masiva.
"Nuestro presidente había pedido la destrucción de las armas de destrucción masiva. Yo tenía el deber, la responsabilidad y el privilegio de tratar de detener un crimen, no sólo contra la ley de Dios, sino contra la ley nacional y la ley internacional", afirmó Gilbert.
Añadió que ella y las otras dos religiosas, Jackie Hudson y Ardeth Platte, cortaron cables y pintaron el signo de la cruz con su sangre en la cubierta del silo antes de ser arrestadas por la policía militar.
Platte manifestó al juez el lunes pasado que el objetivo de su acción fue proteger a los niños de Irak con "un desarme simbólico".
EEUU y sus aliados lanzaron la invasión de Irak el pasado 20 de marzo tras afirmar que el presidente iraquí, Sadam Hussein, había incumplido las resoluciones de la ONU para la destrucción de sus arsenales de armas de destrucción masiva. EFE
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